HábitosMuestra

Bondadoso contigo mismo

El día que decidas formar buenos hábitos diarios es el día que saldrás de la "zona de perfección". Esto nos lleva a la letra de hoy: ser bondadoso contigo mismo. El día en que falles en mantener tu nuevo hábito, sé bondadoso contigo mismo. 

No caigas en la autocrítica y el desprecio de ti mismo. Aférrate a la verdad de Dios y a la identidad saludable que ha estado restaurando en ti. Toma esto como una oportunidad de profundizar un poco más en lo que es el verdadero conflicto. Pasa más tiempo reflexionando en hallar esa identidad saludable y pedir ayuda a gente de confianza. 

Tal vez ya te equivocaste, o no lo has hecho todavía. De cualquier forma, pídele perdón a Dios y quizás a algunas personas. Mira esto como una oportunidad de crecimiento, de sanar más profundamente y de reforzar un buen hábito diario que permanece ante cualquier dificultad. Igual que cuando te resfrías y tu sistema inmune se hace más fuerte, esto es una oportunidad para que el dominio propio que Dios te dio crezca y se fortalezca.

Jesús nos mandó amar a Dios con todo lo que tenemos y amar a los demás como a nosotros mismos. Estos son los dos mandamientos más grandes. Pero en realidad, hay un tercero escondido. Para amar a los demás como a ti mismo, ¡tienes que amarte primero! Así que, aunque sea sólo porque Jesús lo ordenó, sé amable contigo mismo cuando te equivoques. No te rindas. No te castigues. Sólo levántate, mira hacia arriba, pide perdón e ¡inténtalo de nuevo!

Ora: Dios, gracias por Tu amor que me fortalece para hacer las cosas bien y por Tu gracia cuando no puedo. Necesito Tu ayuda y confío en que estás conmigo aun cuando tropiezo. Amén.