Adviento: el camino hacia la NavidadMuestra
La luz ha venido
¡La Navidad esta aquí! Es hora de celebrar el nacimiento de nuestro Salvador, Jesucristo, ¡La Luz del mundo!
En el primer acto de la Creación en Génesis, Dios habló y la luz se separó inmediatamente de la oscuridad. Pero no pasó mucho tiempo antes de que Adán y Eva eligieran pecar, y la presencia de Dios, Su luz, fue separada del hombre. En ese momento, la historia de la redención tuvo que ser escrita: La necesidad para que la luz brille a través de la oscuridad ya no era solo la noche y el día, sino la vida y la muerte. El mayor deseo de Dios era estar en relación con nosotros, así que Él envió una Luz para guiarnos fuera de nuestras tinieblas y de regreso a Él.
Esto es Navidad: ¡Aquel que es la luz verdadera, que da luz a todos, vino al mundo!
El único Hijo de Dios nació para que con el perdón del pecado, podamos reconciliarnos con Él. La separación que nos mantuvo en tinieblas fue superada por la luz de Jesús. Jesús dijo: “Yo soy la luz del mundo. El que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida".
No importa dónde te encuentres hoy, y no importa lo que hayas hecho, ¡el Salvador del mundo ha venido! ¡Para ti! Deja que Su luz brille en todos los lugares oscuros de tu vida y restaure lo que se ha perdido en la oscuridad. La Luz está aquí, y Él ha declarado que nunca más tendrás que caminar en la oscuridad. ¡Recibe Su amor y experimenta la Navidad como nunca antes!
Oración: Padre, gracias por preparar un camino desde el principio de los tiempos para que podamos estar cerca de Ti nuevamente. ¡Gracias por enviar a Tu Hijo a nacer y a morir, para que yo pueda vivir! Hoy, mientras celebro la Navidad, ayúdame a estimar profundamente Tu amor por mí y la Luz que has traído a mi vida. ¡Te alabo por hacer posible que nunca vuelva a caminar en la oscuridad!
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Escrituras
Acerca de este Plan
La Navidad es verdaderamente la historia más grandiosa que jamás se haya contado: una de perfecta fidelidad, poder, salvación y amor inagotable de Dios. Caminemos durante los próximos 25 días para descubrir el intrincado plan de Dios para salvar al mundo del pecado y de las promesas cumplidas en el nacimiento de Su Hijo.
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