Como estudiar la Biblia (Fundamentos)Muestra

Los grandes estudios bíblicos se completan con la oración

"Ser un cristiano sin oración es tan imposible como estar vivo sin respirar". Martin Luther

Una de mis comidas favoritas es el pollo marinado a la parrilla. El verano pasado investigué el proceso del marinado porque quería saber qué les pasaba a los alimentos para que tuviera tan buen sabor. Esto es lo que descubrí.

Al marinarlos, usualmente una proteína como el pollo, se cubre con un líquido ácido (como vinagre o zumo de limón). Este líquido ácido rompe las capas externas de la carne provocando que los sabrosos condimientos puedan penetrar más profundamente.

El marinado toma tiempo. No puedes dejar reposando la pechuga de pollo solo unos minutos en el marinado y esperar que absorba todo el sabor. Hay que darle tiempo al proceso para que funcione.

La oración es una marinación cristiana. Orar con y en la Biblia nos permite permanecer en la verdad de Dios durante un período prolongado para que se rompan nuestras barreras externas y "saborizarnos" más allá de lo que hubiésemos podido hacerlo nosotros mismos.

Con esto en mente, permíteme compartirte la oración que pronuncio cada vez que abro mi Biblia:

Señor, por favor, ábreme a Tu Palabra y abre tu Palabra para mi.

Esto prepara el escenario en mi mente y mi corazón para que algo suceda durante mi hábito diario. Quiero ser transformado. Quiero que el Espíritu Santo ilumine la Palabra. Y dejo en claro mi intención expresando esta breve oración.

Existen (literalmente) cientos de maneras de incorporar la oración durante tu tiempo con la Biblia. Por ahora, les animo a que hagan esta breve oración y vean qué cambios se producen.

Sugerencia profesional: ¿Te encuentras frustrado en la oración porque sientes que Dios no te escucha o responde? Permíteme darte el consejo que me dió mi pastor: Reduce tu umbral. La mayoría de las personas piensa que escuchar a Dios es un acontecimiento milagroso que cambia la vida. En realidad, Dios y el Espíritu Santo te están hablando cada día (¡incluso múltiples veces al día!). Reducir tu umbral significa: (1) estar esperando a que Dios te hable, (2) buscar activamente pequeñas formas en las que Él lo hace. No necesitas una experiencia de zarza ardiente para encontrar a Dios; algunas veces escuchar la canción correcta en la radio puede cumplir este cometido.