En busca de consueloMuestra

La oración era parte integral de la vida de Jesús quien fue 100% Dios y 100% hombre, su forma de comunicarse con su Padre era muy sencilla, sin palabras rebuscadas, al grano. Cuando tu oras ¿Cómo le haces? Oras tratando de impresionar a Dios o derramas tu corazón en humildad. Pues la segunda opción es la mejor, aquella en la que reconocemos la grandeza de Dios con sinceridad, en la que le damos gracias con el alma. ¿Hay un tiempo determinado que deba durar la oración? Pues no, la Biblia no menciona la cantidad de tiempo, solamente nos dice que debe ser constante. Así como Jesús recibía fuerzas después de hablar con su padre, nosotros también recibiremos de Dios lo que necesitamos. Por medio de las enseñanzas de Jesús los discípulos y los contemporáneos de El llegaron a conocer al Padre Celestial, pero Jesús sigue hablando por medio de nosotros que somos ahora los encargados de que la gente conozca las buenas nuevas. O al menos eso es lo que se espera de nosotros. 

Jesús nos llama también a poner nuestras preocupaciones que nos llenan de angustia sobre El para que podamos descansar y eso también se hace mediante la oración y la obediencia. No tienes nada que perder al hacer esto, al contrario, tu vida será mejor, vivirás contento y servirás de inspiración a otros que querrán saber el motivo de tu alegría cuando en el mundo que vivimos dan ganas de llorar. Oremos y obedezcamos a Dios y tendremos descanso.