Reconfigura tu corazón: 10 días para combatir el pecadoMuestra

Todo viene del corazón

Todo lo que hacemos proviene de nuestros corazones.

Una de las formas más precisas en que la Biblia declara esta verdad se encuentra en Proverbios 4:23. La idea puede expresarse muy claramente porque contiene dos metáforas. La primera metáfora nos resulta bastante familiar: tu corazón.

En la mente del autor de Proverbios y sus oyentes originales, el corazón es el centro de una persona. El corazón está compuesto por los pensamientos, la voluntad, la conciencia y más.

La segunda metáfora tampoco es difícil de entender. Combina dos palabras en el idioma original hebreo. La primera palabra comunica la idea del lugar donde se originan las cosas: su fuente, punto de partida o el lugar desde donde brotan las cosas. La segunda palabra comunica vida. Entonces la metáfora es como un río de vida o el lugar de donde fluye toda la vida.

Combina las dos y obtendrás una imagen de toda la vida fluyendo desde el punto de partida del corazón.

Según este versículo, nuestros amores y odios, inclinaciones y sentimientos, nuestros deseos y emociones. motivan todo lo que hacemos.

Basado en este hecho, el autor de Proverbios nos implora que cuidemos nuestro corazón. ¿Como hacemos eso? En el contexto de este libro, la respuesta es simple: buscando sabiduría.

El libro de Proverbios está lleno de cosas de las que debemos mantenernos alejados y otras que debemos perseguir. Pero sobre todo, debemos notar que la “sabiduría” en Proverbios es un personaje. Es una persona a la que buscamos y que viene a nosotros.

Los estudiosos de la Biblia han notado durante mucho tiempo que Jesús es la encarnación final de la sabiduría. Él es aquel que nos revela a Dios. Aquel que cambia nuestros corazones con su Espíritu. Él es la Palabra de Dios que viene a nosotros. Él es el rostro de Dios que buscamos.

¿Cómo protegemos nuestros corazones? Buscamos a Jesús. Nos regocijamos en la verdad del Evangelio. Meditamos en el don de la cruz. Nos regocijamos en el poder de la resurrección. Escuchamos las enseñanzas de sus labios. Seguimos la voz de su Espíritu. Esperamos ansiosamente el regreso de su plena y definitiva presencia.

Todo lo que haces viene del corazón. ¿Quieres cambiar lo que haces? Busca a Jesús y Él guardará tu corazón.