Reconfigura tu corazón: 10 días para combatir el pecadoMuestra

El bien o el mal vienen del corazón

¿Qué causa que hagamos el bien o el mal? La mayoría de la gente parece pensar que todo se reduce a las decisiones que tomamos. Si te propones hacer el bien, lo harás. Si en su lugar eliges hacer el mal, lo harás.

Pero Jesús nos enseña que la verdadera fuente de nuestras acciones es mucho más profunda. Todo se reduce al corazón.

"El que es bueno, de la bondad que atesora en el corazón produce el bien; pero el que es malo, de su maldad produce el mal, porque de lo que abunda en el corazón habla la boca". (Lc. 6:45).

Lo que hay en tu corazón termina siendo tu vida.

Lo que atesoras, valoras, glorificas y disfrutas dará como resultado lo que haces. Si atesoras cosas buenas en tu corazón, entonces harás el bien. Si atesoras el mal en tu corazón, sin duda harás el mal.

Entonces, ¿podemos cambiar lo que atesora nuestro corazón? La respuesta, en las palabras de Jesús, es diferente de lo que podríamos esperar. Podríamos esperar una lista de disciplinas, hábitos o meditaciones que cambiarían lo que nuestros corazones valoran.

Sin embargo, la condición de tu corazón no se basa en lo que haces, sino en quién eres. Jesús enseñó que un árbol bueno no puede dar malos frutos y un árbol malo no puede dar buenos frutos. Sólo los buenos árboles pueden dar buenos frutos.

Así que debemos preguntarnos, ¿cómo nos convertimos en un buen árbol?

Eso es obra del Evangelio. Jesús nos hace un buen árbol a pesar de todo nuestro mal fruto. Él nos salva y nos transforma antes de que hayamos hecho algo para ganar esa transformación.

Todo lo que necesitamos hacer es vernos a nosotros mismos como el buen árbol que Jesús nos manda ser, y nuestros corazones lo atesorarán por encima de todo.

¿Quieres cambiar tus acciones? Atesora a Jesús por transformarte en un buen árbol, incluso si eras el peor árbol que existía. Entonces Él obrará en tu corazón para que des buenos frutos.