La evidente manifestación de Cristo, Parte 3Muestra

Las intenciones del corazón

Un asunto muy importante, que tenemos que cuidar si queremos que esta conformación de Cristo llegue al término, son las intenciones del corazón. Cristo jamás permitió que sus intenciones fueran transformadas o cambiadas. Las intenciones en Él permanecieron siempre de la misma manera, por eso debemos dejar de lado la excusa del daño que vivimos, porque Cristo es nuestro prototipo, se despojó de su deidad, encarnó en el cuerpo de Jesús y pasó por lo que hemos pasado o cosas peores, pero jamás permitió que lo esencial que era su intención, fuera cambiada por el perverso sistema del mundo, que daña a todas las personas. No hay una sola persona que el mundo no dañe, ya sea de manera emocional, intelectual, enseñando los modelos que son contrarios a Cristo.

El tema del mundo se puede definir como todo aquello que se opone al gobierno de Cristo, esta Tierra nos pertenece como herencia, pero no somos del mundo. El sistema del mundo no tiene que ver con nosotros, a menos que permitamos, que siga en nuestra mente. El problema de los creyentes principalmente con relación al mundo, no es lo que está afuera, sino cuanto habita en nuestra mente. 

El sistema del mundo en la cruz, fue juzgado y llevado a juicio; fue encontrado culpable y sentenciado. El Señor nos libra de la condenación, y nos llama para ser quienes desplazan los conceptos del mundo en la Tierra. No tenemos una guerra con el diablo, porque ya fue vencido y derrotado. Cuando alguien es derrotado, la guerra se da por terminada. El concepto «guerra», es algo que no está terminado. Mientras una batalla no se termine y dos naciones sigan peleando, la guerra está presente. Una vez hay un triunfador, ya no se llama guerra al conflicto, porque alguien ganó. 

El conflicto de la luz y las tinieblas, entre Cristo y la potestad del aire o el príncipe de las tinieblas, terminó, pues la Escritura es muy clara, Cristo lo venció, despojó y exhibió; hay un ganador: Cristo. Hay un perdedor: Satanás. Lo que hizo Satanás, fue dejar un legado en la Tierra que sigue vigente operando en las mentes de las personas, a esto se llama el sistema del mundo, que continuamente está dañando personas, niños y jóvenes.