El latido del corazón de DiosEjemplo

SEÑOR DE LAS HUESTES

Salmo 24:10

¡Oh Dios, Tú eres el Señor de las huestes, capitán de los ejércitos de los ángeles! Dios celestial y santo, por fe, elijo creerte- así como todas las cosas "de Ti"- cosas que ojo no ha visto y oído no ha escuchado, y que no han entrado en el corazón de hombre; ¡Creo todo lo que has preparado para aquellos que te aman! Tus ángeles son parte de Tu reino divino, pasado, presente y futuro; ¡Oh Dios del Cielo y la Tierra, Tus misterios son maravillosos para mí! No puedo ver los seres celestiales ni sus carros de fuego; pero sé que mandas a Tus ángeles a acampar alrededor de aquellos que reverencian Tu nombre. Y no puedo sentir el roce de las alas de los ángeles, alas que me rodean, pero creo que Tú les ha dado cargos sobre mí, para protegerme en todos mis caminos. Tampoco puedo escuchar sus melodías inigualables; pero sé, oh Señor de los ejércitos, que Te adoran todo el día. Oye mi corazón cantar también, "¡Gloria a Dios en lo más alto! ¡Eres digno de todos los elogios! ¡Alabado sea el Señor! Alaben al Señor desde los cielos. ¡Alabado sea en las alturas! Alabadle a todos Sus ángeles; ¡alabadle a todos Sus ejércitos!" ¡Sí, mientras tenga aliento, yo también alabaré al Señor!

© Chris Baxter 2014 - Clear Day Publishing