Es obvio que Dios está contigoMuestra

¿Qué sucede cuando un ungido de Dios habla de otro?

Cuando Aarón vio lo que había pasado con Miriam, clamó a Moisés: ¡Oh, mi señor! ¡Por favor no nos castigues por este pecado que tan neciamente cometimos! Antes, era solo el hermano menor, pero cuando se da cuenta de que Dios está con él, dejó la familiaridad. Y de nuevo brilla la grandeza de Moisés al clamar: —¡Oh Dios, te suplico que la sanes! 

Si al tener el privilegio de estar cerca de personas que Dios usa, nos damos cuenta de ciertos detalles de su carácter como inseguridades, temores, injusticias, decisiones equivocadas, su mal genio, y somos tentados a hablar en contra de ellos e irrespetarlos, o si tenemos algo en su contra, no se lo digamos a nadie, sino entreguémoslo a Dios en oración, porque cuando empezamos a hablar podríamos tocar a la persona que Dios está usando.  

¿Qué sucede en el caso que un ungido de Dios habla de otro? Dios está con los dos, pero, ¿qué sucede? El mejor caso para ilustrarlo es el de David. Él sabía que Dios ya no estaba con Saúl, pero de todos modos decidió honrarlo como el ungido del Señor; por eso David es conocido como uno de los grandes, un hombre conforme al corazón de Dios. 

… El Espíritu del SEÑOR se había apartado de Saúl, y el SEÑOR envió un espíritu atormentador. ¿Qué hizo Saúl cuando se enteró de que el Señor bendecía a David? Le tiró su lanza. A veces pasa lo mismo hoy cuando un hombre de Dios que ya no tiene tanto éxito como antes, ve que otro prospera y Dios lo bendice, saca su lanza (boca) y se la tira (empieza hablar). 

¿Con quién estaba Dios?, ¿del lado de Saúl o David? De David, aun así, David no se atrevió a tocar a Saúl aunque tuvo dos oportunidades de matarlo. «Que el SEÑOR me libre de hacerle tal cosa a mi Señor el rey. No debo atacar al ungido del SEÑOR, porque el SEÑOR mismo lo ha elegido». Era obvio que Dios ya no estaba con Saúl, pero David no lo tocó.

¡Cuidado con levantar oraciones en contra de las personas que cuentan con el favor de Dios! ¡Cuidado con murmurar y juzgar a las personas que cuentan con el favor de Dios! Quizá no estamos de acuerdo con lo que hacen o con su filosofía de vida, pero son los ungidos del Señor y él pelea por ellos. Si queremos que Dios esté con nosotros necesitamos estar en el lado en el que Él está. … Si Dios está a favor de nosotros, ¿quién podrá ponerse en nuestra contra?