GuerraMuestra
En 2 Corintios 10:4, Pablo dice que nuestras armas espirituales pueden destruir las fortalezas de Satanás. Armas como la oración, lectura y meditación de la Palabra, la obediencia, el ayuno y el servicio pueden destrozar las fortalezas del diablo. Y eso es lo que debemos hacer. Estas fortalezas no deben ser remodeladas. Dios no nos dice que las capturemos, cambiemos el candado y las usemos para Él. Las fortalezas de Satanás deben ser derribadas.
También necesitamos derribar cada compartimento (versículo 5). Estos incluyen las "especulaciones," esos pensamientos rebeldes que nos alejan del conocimiento de Dios.
Amigo, tú no eres responsable de cada pensamiento que llega a nuestra mente. Satanás puede plantar pensamientos en nuestras mentes. Pero tú eres responsable por lo que tú haces con ellos. Nuestro trabajo es reconocer y descartar los pensamientos malvados. Esa es la idea detrás de la declaración sobre "llevamos cautivo todo pensamiento a la obediencia de Cristo" (2 Cor. 10:5). Esto es lenguaje de guerra. Cuando el enemigo nos manda uno de sus pensamientos, necesitamos tomar ese pensamiento y llevarlo cautivo.
Podemos hacerlo nosotros mismos, "Este pensamiento no es como los pensamientos de Dios. Es contra Dios y Su voluntad revelada para mí. No importa lo bien que este pensamiento me haga sentir, o cuan ansioso me haga sentir. No importa cuánto quiere actuar sobre este pensamiento o preocuparse a raíz de este pensamiento. Es un pensamiento que viene del infierno, enviado por el enemigo. En nombre de la autoridad de Cristo, voy a hacerlo cautivo y lo voy a desechar".
Cuando podamos hacer esto día tras día, vamos a empezar a ganar algunas batallas espirituales serias. Quien controla la mente controla la guerra. Cuando tú tomas cautivos esos pensamientos, Satanás pierde su control sobre ti.
Y a pesar de que no toda la ansiedad con la cual las personas luchan es espiritual, para algunos es una desbalance químico en el cuerpo o tiene su raíz en traumas pasados que producen detonantes, este acercamiento hacia superar los pensamientos ansiosos puede ayudar a reducirla. Puede que no la quite del todo si la persona está lidiando con síntomas que son basados en lo físico, pero puede proveer una manera para manejarla. Pero para poder lograr eso, tú tienes que tomar cada pensamiento cautivo a la obediencia de Cristo.
Ningún ejército puede permitirse el lujo de tener tropas enemigas sueltas detrás de sus líneas causando estragos y saboteando sus armas y defensas .
Tú puedes estar pensando,Tony, esto suena demasiado fácil. Si tú has sido un cautivo espiritual por demasiado tiempo, tú puedes pensar que las fortalezas de Satanás son demasiado difíciles de conquistar. Tú puedes pensar que la batalla no tiene esperanza, el problema es demasiado grande. Esta es una razón por la cual tenemos demasiados problemas. Hacemos de la vida cristiana más difícil de lo que Dios mismo la hace. Sí, hay problemas difíciles. No quiero minimizar eso. Pero muchos de los problemas que estamos enfrentando no son tan difíciles como nosotros los hacemos, porque los abordamos con actitud derrotista.
¿Cuál es la diferencia entre una persona que Dios libera en veinticuatro horas a una que Dios libera en veinticuatro años? En la mayoría de los casos, yo creo que la diferencia está en la mente. Cuando cambia el pensamiento, cambian las actitudes. Y las fortalezas caen.
Déjame darte un ejemplo de cómo funciona esto. Josué y el ejercito de Israel fueron a la ciudad de Jericó, la cual estaba rodeada de una muralla muy alta (Josue 6). Parecía impenetrable. Era una fortaleza. Dios le dijo a Israel que marchara alrededor de la ciudad por seis días y luego marchara alrededor de ella siete veces en el séptimo día. Luego debían tocar sus trompetas, la gente gritaría y la muralla caía.
Imagina a Josue diciendo, "Discúlpame, Señor, pero esto es la guerra. Estas personas son el enemigo. Ellos son fuertes. ¿Podrías por favor darme mis instrucciones militares?"
Josue no hizo eso, por supuesto. Él obedeció a Dios, y cuando sonaron sus trompetas y las personas gritaron, la muralla de desplomó inmediatamente. La muralla cayó derribada a la manera de Dios. Si ellos hubiesen usado los métodos humanos, ellos hubieran sido derrotados.
Esta es la pregunta que siempre enfrentamos: ¿Vamos a usar el método humano o métodos divinos? Usar el método de Dios nos guarda de tiempo de espera y dolor. Confía en Dios para tus planes de batalla, obedece Su Palabra, toma tus pensamientos cautivos bajo Su autoridad, y ganarás batalla tras batalla en la guerra espiritual.
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Escrituras
Acerca de este Plan
En la guerra espiritual no luchas por la victoria; luchas desde la victoria. Obtén comprensión útil del conocido teólogo y pastor Tony Evans en su plan de lectura sobre la batalla espiritual que todos enfrentamos: La Guerra.
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