Fragmentos del cieloMuestra

Getsemaní

No voy a dudar,

Mi confianza está en Ti;

Tú eres la roca que sostiene mi alma.

Tu amor echa fuera el temor;

Tu mano sobre mí, calma mi ser.

No dudaré

Una vez se revela la cruz, su obra redentora, tenemos la oportunidad de vivir un encuentro con Cristo y tener la convicción de que vive en nosotros; ya no hay que temer las pruebas porque Jesús suplió nuestras necesidades y somos bendecidos por la gracia de su amor. ¡Está prohibido dudar, ya que escrito está que en Cristo somos más que vencedores! Un hijo de Dios no gana con incertidumbre, llanto y duda; cree fielmente que Jesús llevó las cargas y de rodillas le agradece al Padre. Ya no es en sus fuerzas, ¡sino en las del amado Espíritu!

Confío en Ti

Cuando nuestra confianza está en Cristo soportamos las pruebas y damos frutos dignos de lo que Dios, el que nunca falla, obró en nosotros. Muchos tenemos infinidad de problemas que nos impulsan a salir de nuestras congregaciones; tristemente, la falta de madurez deleita nuestra mirada en un simple mortal en el que depositamos nuestra confianza. Pero cuando somos hijos maduros, vivimos conforme al carácter de Cristo y nuestra mirada permanece en el autor y consumador de la fe. Ya no vivimos en nuestros errores, sino para trabajar en la edificación de los santos.

Eres la roca que sostiene mi alma

Cristo es la roca inamovible, fundamento de la iglesia; nuestra vida se establece en su obra; Él mantiene el cuerpo en unidad. Cuando nuestra vida se fundamenta en Él, en la verdad del nuevo pacto revelada por convicción a nuestra mente y corazón, no somos dirigidos por el alma: ¡entendemos que Jesús nos sostiene y junto a Él somos una pieza fundamental para que su cuerpo crezca e impartamos su Palabra a los que no lo conocen!