Identifica y derriba las fortalezas mentales Muestra
¿Qué hacemos con esos pensamientos?
El diablo incitó a Judas para que traicionara a Jesús. ¡¿Cómo?!, ¡¿es posible?! Judas estuvo con Jesús, vio sus milagros, escuchó sus predicaciones, lo conoció en la intimidad..., ¡y lo traicionó!, ¡¿por qué?! Satanás lo incitó, puso un pensamiento, un deseo, un resentimiento, un odio en su corazón. Lo mismo pasó con Pedro, por eso Jesús le dijo que se apartara y asegurara de que sus pensamientos estuvieran en lo eterno y no en lo pasajero. Más adelante, fue Pedro el que cuestionó a Ananías por permitir que Satanás llenara su corazón. Esos versículos nos muestran que el enemigo pone pensamientos en nuestras mentes. El caso más claro es el de Jesús, Dios hecho hombre, el Hijo de Dios en la tierra: fue tentado por el diablo, lo llevó a diferentes lugares y le mostró los reinos de la tierra. ¿Cómo lo hizo? No como Supermán u otro superhéroe; todo sucedió en la mente de Jesús; sí, siendo Dios, ¡tuvo pensamientos puestos por el enemigo! Entonces, ¡cuánto más nosotros! La pregunta es..., ¿qué haremos con esos pensamientos?
Primera fortaleza mental
El enemigo no envía una legión de demonios a controlarnos contra nuestra voluntad, lo que hace es sembrar pensamientos en nuestra mente o usar los que ya están; por eso es tan importante identificarlos y cambiarlos.
Dicen que Jesús puede estar en nuestro corazón, pero el «abuelo» sigue en nuestros huesos, es decir, nuestra mente fue afectada por el medio en el que fuimos criados y formó fortalezas mentales que rigen nuestra vida, a pesar de que hayamos recibido a Jesús. Las conductas aprendidas en casa crearon esas fortalezas, por ejemplo, los hijos varones de un papá infiel podrían creer que así se comporta un hombre; por otro lado, las hijas creerán que todos los hombres son adúlteros, ¡pero eso no es cierto!
Fui criado en un hogar en el que mi papá siempre le fue fiel a mi mamá, por eso soy igual. Un papá infiel produce una esposa celosa y obviamente las hijas se levantarán con esa fortaleza mental. En el caso de mis hermanas, no son celosas, y generalmente las niñas de papás fieles no tienen esa fortaleza. La buena noticia es que si un hijo que ve la maldad de su papá o mamá decide no llevar esa clase de vida, pasará de maldición a bendición.
Acerca de este Plan
Las fortalezas mentales generan un efecto en lo que hacemos; ellas son nuestros pensamientos conscientes o inconscientes. El enemigo no envía una legión de demonios a controlarnos, lo que necesita es sembrar un pensamiento en nuestra mente o usar uno que ya tenemos.
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Nos gustaría agradecer a Andrés Corson en un acuerdo con El Centro Network por proporcionar este plan. Si desea saber más sobre estas organizaciones, visite http://www.supresencia.com y http://www.elcentronetwork.com