La verdad que triunfaMuestra

 Mentira:  Dios es tacaño

Lectura: Romanos 8:31-32; Juan 1:16; Santiago 1:5; Efesios 1:3-8
DEVOCIONAL: Romanos 8:31-32 

Algunas épocas de la vida traen más fruto que otras. En lugar de ver las temporadas de sequía a través del lente de la fe, nos vemos tentadas a creer la mentira de que Dios es tacaño. Pensamos que porque nuestros deseos no han sido satisfechos, Dios está reteniendo Sus bendiciones para probarnos. 

Estos pensamientos no pueden estar más alejados de la verdad. La Escritura declara la gracia de la Verdad de Dios y Su bondad. Su generosidad se extiende al punto de ofrecer al mundo a Su Hijo. Se preocupa lo suficiente como para proveer tanto para nuestras necesidades físicas como las espirituales. Sin embargo, la mayoría de los días, sólo reconocemos cómo Él ha suplido nuestras necesidades físicas. Esta visión a medias de Dios nos provoca ingratitud. 

Toma un momento para reconocer cómo el Señor ha provisto para ti espiritualmente. Reflexiona por un minuto en Su gracia y el perdón en tu vida. ¿De qué manera ha sido paciente contigo o te ha dado esperanza en una situación determinada?

Padre Dios, gracias por Tu amor infinito, Tu amor y provisión. Ayúdame a recordar que eres generoso y abundante en gracia. Eres lento para la ira y rápido para perdonar. Te alabo por quién eres. Confieso que a veces creo la mentira de que retienes cosas de mí. Perdóname por mi incredulidad. Gracias por la gracia que encentramos en Tu Hijo. En el nombre de Jesús, amén.