Desvíos: Lecciones de JoséMuestra

Dios está en control
La providencia es una de las cosas más importantes que necesitas conocer en tu experiencia cristiana. La primera y más importante, por supuesto, es el Evangelio. Necesitas saber cómo llegar a la fe en Jesucristo y tu destino eterno a través del perdón de tus pecados.
Pero, después de la verdad de la salvación, la segunda cosa más importante que necesitas conocer en tu vida cristiana es el concepto de providencia. Providencia es la mano de Dios dentro del guante de la historia.
1 de Timoteo 6:15 nos recuerda que Dios, que es el soberano sobre todo, manifestará todas las cosas a Su debido tiempo. Leemos, "... la cual Dios a su debido tiempo hará que se cumpla. Al único y bendito Soberano, Rey de reyes y Señor de señores”.
La soberanía de Dios significa que es el Rey Absoluto, quien vigila y sostiene Su creación. Él es quien tiene la palabra final. Nada, absolutamente nada, queda fuera de la soberanía de Dios. No hay evento que Él no gobierne. No hay situaciones que Él no haya creado o permita.
Tu jefe no tiene la última palabra.
Tu cónyuge no tiene la última palabra.
Tus padres no tienen la última palabra.
Tu salud no tiene la última palabra.
Ni siquiera tú tienes la última palabra.
Dios creó este mundo y todo lo que está en él—y Él gobierna sobre todo. Así es como sabemos que los desvíos son siempre para nuestro bien.
Si estás interesado en aprender más sobre el estudio bíblico sobre Desvíos del Dr. Tony Evans, por favor visita LifeWay.com/Detours.
Escritura
Acerca de este Plan

En este estudio para grupos pequeños, el Dr. Tony Evans utiliza la fe épica, la vida y la carrera de José para enseñar que Dios está más interesado en el desarrollo que en la llegada. Al igual que José, un chico secuestrado y esclavizado que creció para salvar a un imperio, los obstáculos y las obstrucciones en tu vida pueden conducirte a verdaderos logros. Por supuesto, los desvíos son todo menos convenientes, te sacan del camino. Alargan el camino más de lo que originalmente habías planeado. Pero son necesarios. Dios permite desvíos en tu vida porque se preocupa más por tu carácter que por tu comodidad, más por tu pureza que por tu productividad. ¡A Él le importa tu destino!
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