Un discipulado trascendenteMuestra
Discipulado es entregarse completamente
Vamos a suponer que, el 4 de julio de 2015, tuve un accidente de tránsito y morí al chocar. No tenía pulso, no latía el corazón, no respiraba, mi cuerpo estaba frío. Obviamente, yo estaba muerto. Entonces Cristo vino y me dijo: «Basilio, tú estás muerto. Tu vida en la tierra ha terminado, pero yo pondré dentro de ti el soplo de vida nueva si tú prometes hacer todo lo que yo te pida e ir a dondequiera que te mande». Mi reacción inmediata fue: «¡De ninguna manera! Esto es inaceptable. Es una esclavitud». Pero entonces me di cuenta de que yo no estaba en condiciones de negociar nada y rápidamente volví a mi cordura y estuve plenamente de acuerdo con Él. Al instante mis pulmones, corazón y los demás órganos vitales comenzaron a funcionar de nuevo. Volví a la vida. ¡Había nacido de nuevo! Desde ese momento en adelante no importaba lo que Cristo pidiera que hiciese o a dónde me enviara, yo estaba más que dispuesto a obedecerlo. Ninguna tarea era demasiado difícil, ni las horas demasiado largas, ni los lugares demasiado peligrosos. Nada era inaceptable. ¿Por qué? Porque yo no tenía derecho alguno sobre mi vida. Yo estaba viviendo un tiempo prestado, el tiempo de Cristo, ya que Basilio había muerto el 4 de julio en un accidente.
Por consiguiente, yo podía decir con Pablo: «Con Cristo he sido crucificado (estoy muerto), y no vivo yo (Basilio), más Cristo vive en mí…». Esto es lo que significa morir a uno mismo y nacer de nuevo. El mandamiento de Cristo de «sígueme», es una orden a participar en su muerte para experimentar una vida nueva. Usted se convierte en un muerto vivo, totalmente entregado a Él.
Definitivamente, es imposible llevar a cabo la causa del reino como gente viva, se requiere gente como Pablo, muerta a sí misma y al sistema del mundo.
Una gran paradoja de la vida nueva, es que hay una completa libertad en esta muerte. Un hombre muerto no se preocupa ya por sus propios derechos, ni su independencia, o por las opiniones de otros. Cuando se está unido en un lazo espiritual con el Cristo crucificado, se renuncian a aquellas cosas tan apreciadas en el mundo: poder, prestigio y posición. «Porque los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos».
Un hombre que toma la cruz, uno que está crucificado con Cristo, no tiene culpabilidad por el pasado porque ha sido borrado, no siente inseguridad por el presente porque todo lo puede y tiene en Cristo, no siente ansiedad por el mañana, porque su futuro está garantizado en las manos del Dios Eterno.
Escrituras
Acerca de este Plan
Un complemento del devocional «Importancia de discipulado en el reino», en el cual el autor nos ilustra un panorama de qué es, y cómo operar con el discipulado; para ser trascendentes en todo lo que se haga como iglesia. ¡El discipulado es un gozo, y no una carga! Es cuidar y desarrollar el tesoro que es la fuerza salvadora del misterio escondido en Cristo, pero que la gracia del Padre inserta en nosotros por acción del Espíritu.
More
Nos gustaría agradecer a Basilio Patiño, de acuerdo con El Centro Network por proporcionar este plan. Para obtener más información sobre estas organizaciones, visite http://www.redrema.org y http://www.elcentronetwork.com