Cristo: Salvador, Profeta y SacerdoteMuestra
Sinopsis práctica de la oración
El haber recitado las perfecciones del Redentor, provocó que el apóstol Juan exclamara en adoración: Al que nos ama y por cuya sangre nos ha librado de nuestros pecados, al que ha hecho de nosotros un reino, sacerdotes al servicio de Dios su Padre, ¡a él sea la gloria y el poder por los siglos de los siglos! Amén. Nos lleva a afirmar que la naturaleza de esta oración es la de una doxología.
Su destinatario, es el Hijo de Dios encarnado en su carácter y oficio de mediador. Sus adoradores somos «nosotros», los beneficiarios de su mediación. Las razones que la motivan, son su insondable amor redentor, la eficacia purificadora de su preciosa sangre y la maravillosa posición de realeza que ha conferido a sus redimidos. Su contenido es que a Él «sean la gloria y el poder», no sólo por mil años, sino «por los siglos de los siglos», terminando con un «Amén», que declara que así es y ya está hecho.
Las doxologías amplían nuestra comprensión de la divinidad
Las Escrituras contienen doxologías que revelan nuestra necesidad de formar conceptos más exaltados de la plenitud de la deidad, y para lograrlo, es preciso que nos dediquemos con más frecuencia y devoción a meditar en sus inefables atributos. Pocas veces nos detenemos a admirarlos en la creación, pues las cualidades invisibles de Dios «se perciben claramente» en las cosas que Dios ha creado, por eso incluso, los incrédulos no tienen excusa para no glorificar a Dios, por la obra de sus manos.
Cuán escasamente reflexionamos en las maravillas de nuestro propio cuerpo, y en la estructura, conveniencia y perfecta adaptación de cada miembro, que escasos son los que se unen al salmista para exclamar: ¡Te alabo porque soy una creación admirable! ¡Tus obras son maravillosas y esto lo sé muy bien! Cuánto más maravillosas son las facultades de nuestro hombre interior, que nos eleva muy por encima de todas las criaturas irracionales. ¿De qué mejor manera, podríamos usar nuestra razón, si no alabando a aquel que nos ha dotado tan ricamente? Sin embargo, son muy pocas las veces que la gente ora a Dios reconociéndolo con gratitud como benefactor, creador y sustentador de nuestro ser, casi siempre oramos pensando en las necesidades del hombre y no exaltando las virtudes de Dios.
Cuán raramente consideramos la sabiduría y el poder de Dios manifestados en el gobierno del mundo, las leyes que sustentan nuestro ecosistema. No solamente nuestros sentidos deberían sentirse inspirados por los hermosos colores de los árboles, sus perfumes y flores, sino que nuestros pensamientos deberían detenerse en la consideración de los movimientos e instintos de los animales, admirando la mano divina que los ha equipado así. Es por dar tan poca atención a éstos y otros innumerables fenómenos similares, que casi nunca somos impulsados a exclamar: ¡Aleluya! El Señor nuestro Dios Todopoderoso, reina.
Acerca de este Plan
El testimonio de Cristo fue completo, coherente y contundente en todos los aspectos y asuntos de la economía divina revelada en plenitud por medio del nuevo pacto, por medio del cual se convierte en nuestra realidad existencial lo que Él logró en la legalidad divina.
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Queremos agradecer a Basilio Patiño, director de la Red Ministerial Apostólica REMA, autor del libro "Oración en el Nuevo Pacto", entre otros títulos; de acuerdo con El Centro Network para proporcionar este plan. Para saber más, visítenos en http://www.redrema.org y http://www.elcentronetwork.com