¿Cómo amar a los cristianos insoportables?Muestra
Otros cristianos difíciles de amar
- Los “quejetas”, murmuradores, pesimistas e inconformes; ¡su negativismo constante es agotador! Es difícil compartir con ellos. Aunque al comienzo tienen atractivo porque hay algo “malo” en nosotros, después es aburridor porque solo hay que decir una palabra y…, se lamentan porque sufren, están insatisfechos con su vida, nadie los entiende... Heredaron el hábito de sus padres y son así porque piensan que merecen más que los demás y creen que todo el mundo, incluido Dios, está en su contra... ¡Pero de nuevo el Señor nos dice que los amemos!
- Los controladores usan su poder, dinero e influencia para lograr lo que quieren y ahí cabe la famosa frase «¡¿no sabe quién soy yo?!: tengo el poder para que lo echen, no tiene derecho a opinar...». Abusan y son violentos, amenazantes e intimidantes. Esos manipuladores también usan sus encantos físicos, halagos, o se vuelven víctimas para alcanzar sus cometidos.
- Los que hacen “tropezar” a los demás, personas de influencia que se toman ciertas libertades y debido a eso hoy hay adictos al vicio, pecado, alcohol... Pablo refiriéndose a los que sugieren que en Cristo, “en nombre de la libertad”, se les permite hacer cualquier cosa, dijo que no todo conviene y ¡¡ay! del que haga caer a otro hijo de Dios!!
¿Cómo amarlos?
- Orando porque en el lugar secreto Dios nos permite mirar desde una perspectiva diferente y verlos como él los ve.
- Conocer su historia.
- Recordando que también somos difíciles de amar y aun así el Señor lo hace y nos perdona.
- Perdonándolos, entregándolos a Dios y renunciando al deseo de venganza para poder pensar y hablar solo lo bueno de ellos.
Oramos confiando en que nuestra mente es cambiada pues Jesús nos llama a amar a los insoportables, a los que son difíciles. ¡Pidámosle que nos permita mirarlos como él los ve y tener la misma gracia y compasión que él nos tuvo!
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Escrituras
Acerca de este Plan
¿Por qué nos cuesta más amar a los cristianos que a los paganos? A veces somos más misericordiosos con los que no aman a Dios que con los que sí. Cuando un hijo de Dios peca, sale a relucir nuestra falta de gracia, por eso este devocional nos ayudará a desarrollar un espíritu de perdón y comprensión con nuestros hermanos.
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Queremos agradecer a Andrés Corson, pastor de la iglesia El Lugar de Su Presencia en Bogotá, Colombia, en un acuerdo con El Centro Network. Si desea saber más sobre estas organizaciones, visite http://www.supresencia.com y http://www.elcentronetwork.com