Libérate de la comparación, un devocional de 7 días por Anna LightMuestra
Al compararnos con otros llegamos a la conclusión de que somos mejores que ellos, más simpáticos, más flacos, que ganamos más dinero, que tenemos más seguidores, y que nuestra influencia es mayor. Entonces sentimos una sensación de superioridad.
El problema es que la superioridad está arraigada en el orgullo y sabemos por la Biblia lo que viene con el orgullo: una caída.
El problema de compararnos para sentirnos superiores es que siempre habrá alguien más a quien consideramos más simpático, más en forma, con una casa más grande, más dinero, más seguidores, y más influencia que nosotros. Por esta razón el segundo resultado de la comparación es igualmente destructivo a nuestros corazones.
Al compararnos con otros y ver que nos quedamos cortos, sentimos una sensación de inferioridad. La inferioridad está arraigada en la inseguridad. Pasa del punto de humildad hacia la negatividad de pensamiento, mente y actitud. Estar tristes nos puede llevar a la depresión, ansiedad y miedo. Esta conducta nos atrapará encerrándonos en una prisión de mentiras.
La verdadera humildad es lo que perseguimos porque le agrada a Dios y le lleva gloria. Imagínala como una báscula equilibrada, nos mantiene firmes, sin inclinarnos demasiado en ninguna dirección.
Para tener verdadera humildad debemos usar Su estándar como nuestra vara de medir, y todos sabemos cuál es nuestra estatura ante Él.
Romanos 3:23 nos dice “Por cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios”.
¡No estamos a la altura! Es ahí donde la humildad entra porque nos quedamos cortos, no podemos hacerlo por nosotros mismos.
Imagina tu vida como una flecha. El arquero tira del arco y la dispara hacia un objetivo. El objetivo es el estándar de Dios para nuestras vidas. La flecha vuela por el aire pero rápidamente se queda corta sin dar en el blanco. A eso se refiere la Biblia al decir que nos quedamos cortos.
La buena noticia es, Dios en Su gracia amorosa nos da a Jesús, quien recoge nuestra flecha y nos ayuda a ir el resto del camino. A través de Jesús, podemos cubrir la distancia, ¡pero necesitamos de Él! Todos necesitamos de Él. No hay nadie mejor, no hay nadie peor. Al tratarse de nuestro valor Él nos ve iguales a todos. En Él encontramos nuestra verdadera identidad, y cuando sabemos quienes somos, encontramos nuestro sendero y nuestro propósito, la vida que Él nos ha dado para abrazar.
La verdadera y perdurable humildad llega al mantener nuestros ojos en el objetivo, no en las otras flechas.
Señor, ayúdame a mantener mis ojos en Ti y no en lo que otros digan o hagan. Mi valor, identidad y dirección vienen solamente de Ti. Deseo verdadera humildad y un corazón que te agrade y te honre. Muéstrame las áreas de mi vida en las que me estoy inclinando demasiado al orgullo o inseguridad y vuelve a alinearme contigo.
Acerca de este Plan
Sabes que Dios te ofrece una vida más abundante que la que estás viviendo, pero la triste verdad es que la comparación te impide pasar al siguiente nivel. En este Plan de lectura, Anna Light revela conocimientos que romperán la tapa que la comparación pone sobre tus capacidades y te ayudarán a vivir la vida libre y abundante que Dios diseñó para ti
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