Libérate de la comparación, un devocional de 7 días por Anna LightMuestra
¿Qué es la comparación?
La comparación es una forma o una manifestación de la inseguridad. Proviene de la falta. Falta de identidad. Falta de propósito. Falta de confianza en quiénes somos, y en la vida que se nos ha dado.
La inseguridad viene de aceptar mentiras y no saber o no creer en nuestra verdadera identidad. Al compararnos estamos diciéndonos, "No sé o no creo en quien soy, y no sé o no creo en quien Dios es".
Nos comparamos porque buscamos un sentido de seguridad fuera de nosotros. Ya sea que lo sepamos o no, buscamos dónde nos ubicamos en la jerarquía de la vida. Queremos saber en qué lugar estamos o si llegamos a la altura de los demás debido a que nos falta un sentido de seguridad que debería venir desde adentro.
Nos comparamos por falta de confianza. Los que luchan con la comparación quizá no se dan cuenta de cuán bendecidos, dotados y talentosos son porque están demasiado enfocados en otros. Muchos se comparan por causa de su naturaleza competitiva y perfeccionista. Las personalidades tipo A son impulsadas por esta naturaleza. A menudo eres el mejor en las cosas, el líder a quien acudir, el macho o la hembra alfa de tu grupo o tu comunidad, así que tu propensión a comparar viene de tu deseo de estar siempre en la cima. Ser el mejor te da un sentido de seguridad, pero no es una seguridad que dure. No importa el porqué compares, debemos reconocer que la comparación nunca lleva a la verdadera humildad que le agrada a Dios.
La comparación también es una ladrona. Has oído decir: “La comparación mata el contentamiento". “La comparación es la ladrona del gozo". “La comparación mata tu influencia".
La comparación roba, mata y destruye nuestras mentes y nuestros corazones. Por esto, vemos a la comparación como una herramienta del enemigo. Tu enemigo te odia y no se detendrá por nada para disminuir la vida de Dios en ti, la vida plena y abundante que Él promete. Cuando cedemos ante la comparación le damos al enemigo un punto de apoyo en nuestras vidas y no podemos experimentar todo lo que Dios tiene para nosotros.
Quizá no nos comparemos de manera intencional pero la tentación y el peligro de hacerlo siempre están delante nuestro porque compararse es un pecado. Por serlo, debemos comprometernos a un estilo de vida lejos del pecado y lejos de la comparación.
¿Comparas por falta de confianza, o por un falso sentido de seguridad de ser el mejor?
Señor, confieso mi propensión a compararme con otros. A veces lo hago sin intención. Quiero saber mejor quién eres Tú y quiero saber quién soy por causa de Ti. Deseo la confianza interior que viene de mi relación contigo. ¡Examina mi corazón y muéstrame la raíz del porqué lucho con la comparación y libérame en el nombre de Jesús!
Acerca de este Plan
Sabes que Dios te ofrece una vida más abundante que la que estás viviendo, pero la triste verdad es que la comparación te impide pasar al siguiente nivel. En este Plan de lectura, Anna Light revela conocimientos que romperán la tapa que la comparación pone sobre tus capacidades y te ayudarán a vivir la vida libre y abundante que Dios diseñó para ti
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