Llamados a la comunión con CristoMuestra
Espera confiadamente
Recuerda que nuestro Dios fiel, es una fuente rica que sobreabunda en deleites, y nuestra comunión con el Hijo de Dios, es un río lleno de gozo. Por lo tanto, sigamos adelante con total confianza hacia el futuro desconocido, pero no inseguro, unidos eternamente con Cristo. Sabiendo estas cosas gloriosas, no podemos vivir desalentados; ¡no!, al contrario, exclamamos con el apóstol: «Ninguna… cosa creada nos podrá separar del amor de Dios que es en Cristo Jesús Señor nuestro».
Deseo que notes la seguridad que Pablo, confiadamente esperaba, como un beneficio para todos los santos. Solamente podrán disfrutar de la confirmación divina, aquellos a quienes la gracia de Dios ya se ha manifestado. Esta confirmación es obra del Espíritu Santo, quien da la fe, la fortalece y confirma. Así que, el mismo Espíritu que enciende la llama del amor divino en nosotros, es quien la preserva y aumenta.
Todo lo que nos hace saber con sus primeras enseñanzas, el Espíritu Santo, continua dándonos más claridad y certeza, todavía con más iluminación y enseñanza, para afirmarnos y confirmarnos en la verdad presente en Cristo. De igual manera, el Espíritu Santo confirma las acciones santas hasta que llegan a ser hábitos establecidos, y confirma las emociones santas, hasta que se convierten en una condición permanente de un carácter transformado.
La experiencia y la práctica, confirman nuestra fe y nuestras resoluciones. Tanto nuestras alegrías como nuestras penas, tanto nuestros éxitos como nuestros fracasos, son santificados para el mismo fin, tal como el árbol recibe ayuda tanto de la lluvia como del viento recio, para echar fuertes raíces. La mente recibe instrucción y al aumentar su saber, acumula razones para perseverar en el buen camino. El corazón recibe consuelo, y por ello se aferra más y más a la verdad consoladora. Su paso se afianza y se hace más firme, de tal forma que el creyente resulta más sólido y robusto hasta el fin, por el poder del Espíritu y la gracia de Dios.
¿Esperas confiadamente en Cristo o en tus capacidades? ¿Tus acciones santas han sido confirmadas hasta que llegan a ser hábitos establecidos por el Espíritu Santo? ¿Tus emociones santas han sido confirmadas, hasta convertirse en una condición permanente de un carácter transformado? Es tiempo de evidenciar este proceso en tu vida, como hijo de Dios en proceso de madurez.
Oro para que se te iluminen estas verdades y comiences a vivir como Cristo espera, para que junto con otros hijos de Dios crezcas para que seas más sólido por el poder del Espíritu y la gracia de Dios en ti.
Escrituras
Acerca de este Plan
La comunión, no se refiere simplemente a la comunicación que existe entre nosotros y Dios. Denota también, una participación mutua y una unión indivisible. Además, significa que nosotros y Cristo, llegamos a ser uno, que disfrutamos a Cristo y todo lo que Él es; y, que Él nos disfruta y todo lo que somos.
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Nos gustaría agradecer a Basilio Patiño, según El Centro Network por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: http://www.redrema.org y http://www.elcentronetwork.com