Noqueado en el décimo roundMuestra

Su providencia

Plaga 6: Las úlceras

A medida que el corazón de Faraón se endurecía, las plagas se volvieron más intensas y personales. Dios instruyó a Moisés a echar polvo del horno al aire, y como resultado, brotaron úlceras en los hombres y los animales. Los magos de la corte de Faraón quedaron imposibilitados. No podían hacer nada. Los dioses egipcios (como Sekhmet, la diosa de la enfermedad) fueron inútiles para asegurar la salud de la nación. Pero Faraón se rehusó a dejar ir al pueblo de Dios.

Dios es providente sobre nuestra riqueza y nuestra salud. Su voluntad prevalece. ¿Entiendes la providencia de Dios en tu vida? Quizá trabajes duro y trabajes inteligentemente y tengas credenciales impecables, pero Dios determina si avanzarás o no. La providencia de la mano de Dios nos mueve a nosotros y los eventos de la historia. ¿Alguna vez te has estirado más allá de tu propio entendimiento y comenzado a confiar en el suyo? Puedes hacer todo lo «apropiado» y tener éxito. Puedes hacer todo «bien» y fracasar. La providencia de Dios está sobre todo y va más allá del entendimiento humano.

Mucho de la vida es simplemente inexplicable. Por qué nuestra vida gira en las esquinas donde lo hace, va más allá de lo que podemos dilucidar. Solamente la providencia de Dios puede dar explicación a los giros que nos dejan rascándonos la cabeza. Algunas personas se descarrilan de la fe al lanzar un pañuelo de castigo a las acciones de Dios, mientras que otros aprenden a abrazar lo que sea que Él traiga. Los que se descarrilan, sin saberlo afirman con su actitud y sus acciones que saben más de lo que realmente saben. Al contrario, los que lo abrazan encuentran consuelo en permitir que un Guía confiable los conduzca.

Joel y Emily Skaggs, de pronto fueron inquietados por la posibilidad de que el nuevo bebé que estaban esperando fuera un niño con síndrome de Down. No obstante, decidieron continuar con el embarazo. Los Skaggs abrazaron la providencia de Dios, sabiendo que en su soberanía escogió a su familia para recibir la bendición de Seth. No fue un accidente, un defecto o una discapacidad. Como padres, ellos batallan como todos lo hacemos, pero también su matrimonio floreció con dulzura. Seth es mi amiguito en la iglesia. Los choques de manos y los abrazos son nuestra conexión, ya que el Señor lo ha usado para enseñarme acerca de su providencia.