Mi Dios OyeMuestra

Mi Dios oye, un recurso inagotable y un valor primario

Recurso inagotable

Miqueas parece haber llegado a una situación tal, que lo único que podía sumar eran pérdidas. No solo no tiene alimento y seguridad, también ha sido despojado de la justicia y, sobre todo, ha perdido la confianza aún en los más cercanos. Pero, dentro de tal desesperanza Miqueas, al igual que Pablo, toma consciencia de que todavía hay algo que permanece. Que de manera paralela al continuo sentido de pérdida existente, se está gestando, algo que compensa y aún excede el total de la pérdida sufrida, y es la certeza de la respuesta divina.

La experiencia de Miqueas, tiene que ver con lo que Pablo ha comprobado en la suya propia. Mientras lo temporal, lo exterior, se va desgastando, el hombre interior se va renovando. Miqueas descubre que Dios permanece, que sigue siendo confiable esperar en él, porque ni siquiera nuestras pérdidas han logrado desgastarlo ni disminuido. Este es un descubrimiento que solo el hombre interior, el espíritu de la persona puede hacer. Porque se trata, indudablemente, de la plenitud de Cristo, de la abundante gracia, del crecimiento en la espiritualidad. Entendida como mucho más que, una cuestión de rituales religiosos y asumida como el desarrollo para apreciar, valorar y cultivar las cuestiones totales de la vida interior, las que dan sentido y razón de ser a la misma.

Miqueas nos ayuda a comprender mejor esto, con su declaración de propósito. Sin negar las pérdidas y las consecuencias colaterales de las mismas, se propone mirar a Dios y esperar en Dios. 

Valor primario

Miqueas se propone mantenerse enfocado, atento, a lo que Dios es, hace y dice. Hacer tal cosa implica escoger aquello en lo que se pone la atención primaria y, consecuentemente, el lugar que se reconoce a las cuestiones secundarias. Ante el incremento de las pérdidas, Miqueas no quiere dejar de ver a Dios. Implica, que dejará de prestar atención prioritaria a cuestiones secundarias. Y, después de Dios, todo es secundario: la salud, la familia, las fuerzas, los recursos, las capacidades, etc. Implica también, que calificará y valorará tales cuestiones en función de Dios, si lo acercan o lo separan del Señor.

Una de las riquezas que encierra la oración inteligente, que conoce las riquezas de la gracia, que en el nuevo pacto han sido dispensadas por Cristo, es que aprendemos a tener una perspectiva correcta de la vida y todos los asuntos relacionados con ella. Aprendemos a dar el valor y significado correcto a las cosas, sin dejarnos seducir por el afán materialista de poseer y disfrutar simplemente lo temporal, aprendemos a poner la mira en las cosas de arriba y no en las de abajo.