De sin energía a lleno de poderMuestra

Fuera luces

¡Bam! ¡Zap! ¡Ka-Pow! y demás palabras caricaturescas describieron el momento, y entonces se fue la luz. La ciudad de Nueva York, la más grande de los EE.UU., se detuvo de golpe y quedó literalmente en el oscurecimiento. Los encabezados al día siguiente simplemente decían: «Sin energía». Esas palabras lo expresaban todo. Incluso con toda la tecnología de vanguardia, la falta de energía dio como resultado que miles de personas caminaran de regreso a casa después de un corto día de trabajo sin ningún fruto.

Los residentes de la ciudad todavía tenían todos los electrodomésticos que tenían antes de la tormenta, pero ahora eran inútiles. Sin energía eléctrica, no se podía hacer más que sentarse y esperar.

Así de necesario es el poder de Dios para nosotros. No sucede mucho sin él, porque la verdadera luz de nuestro camino proviene de la fuente de poder de Cristo.

Cada seguidor de Jesús y cada líder puede tener la seguridad de que la voluntad de Dios viene respaldada con el poder de Dios. El poder de Dios se puede manifestar de manera tranquila y continua, o en milagros dramáticos espectaculares. Moisés experimentó ambos, pero al estar llevando a cabo la misión recibida, entendió que la voluntad de Dios realizada a la manera de Dios, cuenta con el poder de Dios. Siempre. 

Moisés se propuso conocer al Dios de la voluntad de Dios. Lo siguió desde un desierto remoto a las cortes del faraón en la misma manera en la que tú y yo somos llamados a seguirlo: un paso a la vez. Y Dios, en verdad demostró su poder en maneras espectaculares cuando Moisés se presentó delante del faraón. ¿Por qué fueron necesarias esas demostraciones? Porque cuando Moisés y Aarón le pidieron la liberación de los israelitas se resistió, tal como Dios predijo que lo haría. 

Fue esa persistente dureza de corazón lo que llevó a las poderosas demostraciones del poder de Dios a través de una serie de plagas milagrosas y terribles. Algunos podrían argumentar que fueron meramente coincidencia o provocadas por la naturaleza, pero al menos cuatro factores marcan la diferencia entre una señal milagrosa y un fenómeno natural: el momento, la ubicación, el propósito y si fue predicho. Estos factores pueden determinar si algo es un milagro o no, y también ayudan a determinar la voluntad de Dios en lo personal; así que, un vistazo a por qué las plagas son milagrosas podría ser útil.

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