Vivamos con dignidadMuestra

Vivamos sin temer a los adversarios 

En la época en que Pablo escribió la carta a los filipenses, era el imperio romano y la religión judaica quienes perseguían a los creyentes. La iglesia siempre ha tenido adversarios, acusadores, perseguidores. Una gran cantidad de conflictos, alrededor del mundo se han originado en las poblaciones, por diferencias religiosas, muchas guerras se han escudado en temas religiosos y miles de personas han muerto a causa de eso. Aún en el presente, hay naciones divididas por la religión, ciudades seccionadas por la religión de sus habitantes y sus prácticas diarias. Los mayores adversarios no son los que atacan la iglesia de Cristo, sino aquellos que destruyen los fundamentos de la fe. 

Hay cosas que no vemos como adversarios, pero tienen el poder para destruir y minar la autoridad de nuestra vida en Cristo: cultura, filosofías, moda, pensamientos, conceptos sociales, ciencia, literatura, educación, leyes, música, hay muchas que son contrarias a Dios, y nosotros debemos vivir de una manera que sea digna del evangelio. Lo que enseña la Escritura, puede ser defendido ante cualquier pensamiento. Nada es más firme ni más sólido, nada produce mejor vida que la vida en Cristo. Nada produce vida más sólida que la vida en Cristo. 

El evangelio no tiene un lenguaje anticuado, sigue siendo la única respuesta para este tiempo, para esta sociedad, para esta cultura y para esta generación. El mensaje del evangelio sigue siendo el único mensaje que produce perfección, vidas sólidas, familias bien cimentadas y nuevas generaciones con valores inamovibles. Es lo único que produce comunión con Dios y nos hace entender las cosas de Dios. Es el remedio de Dios para que el hombre pueda conectarse a la fuente de vida y disfrutar de una vida de caminar en el Espíritu. Debemos tomar la decisión de vivir en el Espíritu, de aceptar las buenas nuevas del evangelio, caminar con la cultura del reino, que Dios transforme nuestros pensamientos, nuestro hombre interior y que nuestras acciones puedan ser transformadas por su poder. 

Oro, para que tú y yo vivamos con dignidad de hijos de Dios, que valoremos lo que somos y lo que tenemos en Cristo. 

Si deseas profundizar este tema, te invitamos a ver el sermón en este enlace de Vimeo https://vimeo.com/229709915 o en YouTube https://www.youtube.com/watch?v=9QkHH9AaT4E&t=61s