La Renovación De Todas Las CosasMuestra

Si la restauración venidera se cumplirá en la tierra y en nuestras vidas, Satanás y sus huestes deben ser destruidos. Nunca se debe permitir a él entrar otra vez.

Estamos permitiendo que las grandes historias despierten nuestra imaginación al reino venidero, llenen nuestros corazones con imágenes brillantes y una firme esperanza. Capturemos el momento crucial hacia la cúspide de cada historia y la redención que anhelamos ver: ese glorioso momento en que el mal es derrotado. 

Hagamos una pausa y afirmemos esto: el mal es juzgado y absolutamente destruido. Por siempre y para siempre. No solo en el cuento de hadas, sino aquí en la realidad, en nuestra historia. Satanás, sus huestes, y toda forma de mal son destruidos con un castigo que nunca termina, bajo una justicia severa.

Se siente como si me quitaran de encima un peso de diez toneladas.

¿Cómo sería no estar bajo ataque? Ser absolutamente libre de acusación; mirarse en el espejo y no escuchar pensamientos o voces acusadoras. Ser completamente libre de toda tentación y del sabotaje de si mismo, no porque resistes exitosamente en un momento determinante, sino porque ya no existe más, en ninguna parte del mundo. ¿Cómo sería si las oscuras nubes entre nosotros y nuestro amado Jesús fueran quitadas, ese velo que tan frecuentemente oscurece nuestra relación con Él? Imagina cuando todas las aflicciones físicas, tormentas emocionales, abusos, todo el mal en este mundo hayan desaparecido.

Piensa esto, ¿qué sería eso con lo que ya no tendrías que lidiar? ¡Oh, el gozo que experimentaremos cuando veamos con nuestros propios ojos al enemigo derrotado de una vez por todas, arrojado en su eterno tormento! ¡Oh, la esperanza que surge al pensar en un mundo donde el enemigo ya no tiene poder de hacer lo que hace! Ver a nuestros seres queridos liberados de sus batallas de toda la vida. Ser liberados de nuestras propias batallas, sabiendo con absoluta seguridad que el reino de la muerte y la oscuridad es destruido por siempre.