Pureza intelectual Muestra

Mantener la pureza de nuestra mente

Una de las grandes luchas que existe en la actualidad es la batalla por mantener la pureza de nuestra mente. Salomón, el hombre más sabio del mundo en su época, dijo: «El pensamiento del necio es pecado». 

¿Somos diferentes a aquella generación? ¿No tanto? ¿O no es verdad acaso que muchos hombres y mujeres pasan mucho tiempo fantaseando con lo que desean tener o experimentar? El hecho de tener que luchar por mantener la pureza de nuestra mente, no es un concepto nuevo. En Génesis capítulo 3, encontramos cómo la serpiente conversó con la mujer sobre los árboles del huerto, pero llevándola de mentira a verdad, a tergiversar lo que Dios había dicho y lograr que deseara lo que no debía.  

Entonces la serpiente, envolvió a la mujer con una reflexión que la hizo actuar en contra de lo que Dios había dispuesto. Así dijo a la mujer: «No moriréis; sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal. Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella. Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos; entonces cosieron hojas de higuera, y se hicieron delantales». En el relato de Génesis 3, Eva se enfrentó cara a cara con el tentador y especialmente con sus propios deseos carnales.  Su mente la llevó a cambiar lo dicho por Dios y sus especificaciones para la humanidad. En consecuencia, fueron echados del huerto donde Dios los había colocado. 

En el libro de Génesis, vemos el primer juicio que Dios aplica sobre la humanidad, el Diluvio. La razón por la cual se llegó hasta este punto, es que al observar lo que había en el corazón de los hombres y mujeres de aquellos días, encontró que «todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal». 

¿Cómo son tus pensamientos? ¿En qué piensas cada día? ¿Piensas en lo bueno o los pensamientos malos son los que prevalecen? ¿Cómo gobiernas tus pensamientos? ¿Los pensamientos te gobiernan a pesar del conocimiento de la Palabra?