La oración y el amor, un estilo de vidaMuestra
Un amor que se demuestre
Pablo ora para que los filipenses aprueben lo que realmente importa. La palabra aprobar, tiene un sentido doble. Significa aprobar y probar; descubrir lo que realmente es importante y simplemente hacerlo. Por lo tanto, Pablo pide que el amor de los filipenses no sólo se desarrolle y discierna, sino que se demuestre. «Esto pido en oración: que vuestro amor abunde aún más y más en conocimiento y en toda comprensión, para que aprobéis lo mejor…».
Nuestro carácter se prueba por medio de la conducta externa. El amor no puede permanecer simplemente como un ideal elevado. De la mente, debe moverse al corazón y luego a las manos.
Pablo ora para que, lo que amemos y cómo lo amamos, nos haga santos e incapaces de hacer daño a otros. Como dice en otro lugar en la Escritura, «el fruto de justicia» es «una conducta agradable a Dios». Mostrar el amor de Cristo viviendo éticamente significa confirmar, visible y corporalmente, que pertenecemos a Dios. Esta demostración no es simplemente una actuación, es una expresión auténtica de lo que somos como nuevas criaturas.
La demostración de amor por la que Pablo ora no se asemeja en nada al mensaje de la supuesta calcomanía que dice: «Si ama a Jesús, toque la bocina». Si usted ama a Jesús, haga justicia, ame la misericordia, camine humildemente con Dios, ¡cualquiera puede tocar la bocina! ¡Lo importante es que demuestre que ama a Dios! ¡El hombre y la mujer de la vida!
Finalmente, Pablo dice que esta demostración de amor tiene como objeto dar gloria y alabanza a Dios. Recordemos lo que Jesús dijo: «Que alumbre su luz delante de los hombres, para que vean sus buenas obras y glorifiquen al Padre de los cielos». El bien que el creyente hace no es publicidad personal sino, en el verdadero sentido de la palabra adoración, señala el valor supremo de Dios.
Cuando nos reunimos para cantar alabanzas a Dios, para orar juntos, para compartir nuestra fe en Cristo, para escuchar la predicación de la Palabra de Dios, no constituye la adoración; es sólo la preparación para la verdadera adoración. La verdadera adoración se manifiesta en la vida diaria.
En sí, toda la vida en Cristo es adoración, y nuestras reuniones de adoración pública formal, nos equipan e instruyen para esto, o estas reuniones son absurdas, vacías y un insulto a Dios. La verdadera adoración consiste en ofrecer nuestra existencia corporal en la esfera del mundo, como sacrificios vivos a Dios, y en servicio a los valores que realmente importan.
Acerca de este Plan
Un estudio práctico de la oración apostólica de Pablo en el primer capítulo de su carta a los Filipenses, en el cual podrás encontrar la manera de sobreponerte a las circunstancias, hasta el punto de modelar con tu vida el maravilloso amor de Cristo. Vemos cómo el Apóstol Pablo, ora para que el amor en nosotros, no solamente crezca, sino también llegue a la cumbre de la perfección.
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Nos gustaría agradecer a Basilio Patiño en colaboración con El Centro Network por facilitarnos este plan. Para obtener más información, por favor visítenos en: www.redrema.org www.elcentronetwork.com