Vivir como un resucitadoMuestra

Evidencias de su resurrección

Pablo lo expresó con claridad: «y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras». Esto indica que hay evidencias de su resurrección. Si por fe tienes la plena convicción de que Jesucristo resucitó, entonces allí te regresó la memoria porque tú también resucitaste con Él. La memoria que perdió Adán, Cristo te la regresó, no para que recuerdes almáticamente tus negras experiencias, sino para que recuerdes lo que Cristo ya hizo por ti.

En ese sentido, ¿sabes cual era el único mensaje de la iglesia primitiva? Que Jesucristo había resucitado. Y Pablo argumenta cuando dice: «y juntamente con Él nos resucitó». El poder que resucitó a Cristo de entre los muertos, es el mismo poder que te hizo resucitar a ti. Quien tiene la mente de Cristo no pierde la memoria de lo que Él ya hizo. Quien tiene la mente de Cristo, no olvida ninguno de sus beneficios. Tú eres un resucitado juntamente con Cristo.

Lamentablemente hoy se pueden ver locales llenos de cristianos con amnesia espiritual, que produce creyentes desagradecidos. Otros, retrocedieron, abandonaron la causa, renunciaron a la familia de Dios porque perdieron la memoria. Se les olvidó la condición real de donde los sacaron. ¡Declaro que no será tu caso, declaro que pase lo que pase nunca se te olvidará lo que has recibido! 

¿Qué tienen en común Deuteronomio 6:7-9, Salmos 1:1-2 y Filipenses 4:8? 

Encontramos las palabras: repetirás, hablarás, escribirás, en su ley meditarás; por último en el nuevo pacto nos recomienda pensar en todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre. Lo que tienen en común es un ejercicio de memoria. Es para que recuerdes lo espiritual, su Palabra, lo que Dios ha dicho y hecho. 

La memoria de Cristo recuerda, así que la iglesia debe por el Espíritu recordar lo que Cristo recuerda. Por lo tanto, la lucha constante de la transformación del hombre consiste en morir a nuestra memoria carnal, para vivir en la memoria de Cristo. 

Cuando Jesucristo estuvo con los discípulos antes de ir a la cruz les dijo, «haced esto en memoria de mi». La iglesia debe hacer memoria del nuevo pacto porque es un mandato para ella. Esta memoria no consiste en recordar la crucifixión romana, sino lo que se estableció más allá de ese madero. Es por ello que la demanda, según Pablo es, renovar el espíritu de nuestra mente, para llegar a comprobar, es decir, para conocer y recordar lo verdadero.