Encontrando su camino financieroEjemplo

La gente de Broke no puede bendecir a la gente.

Lucas 10 cuenta la historia de un hombre judío que es asaltado y dejado por muerto al costado del camino. Varias personas lo pasaron. Entonces vino un hombre samaritano. El samaritano fue el único que acudió al rescate del hombre judío. El samaritano usó los suministros que tenía sobre él -petróleo, vino y dos días de salario- para ayudar al hombre herido a recuperarse.

El samaritano estaba listo para bendecir a los demás porque no había gastado lo que tenía imprudentemente. ¡No solo fue capaz de tratar al hombre judío herido, sino que lo bendijo en la cima! El samaritano llevó al hombre a una posada y le dio al posadero dos monedas de plata para cubrir el costo del cuidado del hombre. También se comprometió a reembolsar al posadero si los gastos del herido sumaban más.

El samaritano estaba preparado para ser generoso y Dios bendijo a alguien a través de eso. Después de todo, no podemos bendecir a otros si no estamos administrando bien nuestras propias finanzas. Cuando elegimos ahorrar nuestro dinero en lugar de gastarlo todo, estamos equipados con herramientas para ayudar a otros. No puedes bendecir a alguien si estás en la ruina.

Piensa:
1. ¿Qué podrías hacer por Dios si el dinero no fuera un problema?
2. ¿Sería capaz de dar dinero a alguien que necesita ayuda?
3. ¿Cómo puedes comenzar a ahorrar hoy?

Ora:
Jesús, gracias por todas las formas en que me provees. Ayúdame a administrar mejor el dinero que me has confiado, para que pueda hacer lo que me pidas que haga.