Encontrando su camino financieroEjemplo

Cada centavo cuenta. La mayoría de los estadounidenses no se consideran ricos. Pero si vives en los Estados Unidos, estás entre las personas más ricas del mundo. Hemos sido bendecidos con dinero y recursos, y somos responsables de lo que Dios nos ha dado. Dios nos ordena traer 10 por ciento de nuestros ingresos a la iglesia en el diezmo. Pero, ¿qué pasa con el resto de nuestros ingresos? El hecho de que Dios nos dé la libertad de gastar el 90 por ciento de Su dinero no significa que no haya consecuencias sobre cómo se usa. A Dios le importa el 90 por ciento porque se preocupa por ti. Dios quiere que disfrutemos de nuestro dinero. Pero él no quiere que pongamos nuestra esperanza en ello o que seamos esclavizados. De cualquier manera, el dinero es un mal maestro que nos deja con ganas. Al honrar a Dios con todo, no solo con el diezmo, nos protegemos de la tentación de hacer dinero nuestro Dios. Para algunos de nosotros, honrar a Dios con todo significa dar más generosamente. Lo que no tenemos no puede ser nuestro. Para algunos de nosotros, el siguiente paso es aprender a ahorrar. El ahorro rompe el ciclo de la deuda para que podamos comenzar a preguntar "¿Qué quiere Dios que haga?" En lugar de "¿Qué tengo que hacer?" La riqueza es una de las muchas formas en que Jesús nos bendice con más de lo que merecemos. No hay nada de malo en disfrutar de la abundancia que Dios nos da, siempre y cuando no comencemos a adorar el don en lugar del Donante. Piensa: 1. ¿Te ves a ti mismo como rico? ¿Por qué o por qué no? 2. ¿Estás usando tu otro 90 por ciento de manera responsable? ¿De qué manera necesitas cambiar la forma en que administras tus finanzas para ser más fiel a Jesús? 3. ¿Necesita ayuda para crear un plan para el 90 por ciento restante? Ora: ¡Jesús, gracias por hacerme rico! Muéstrame cómo honrarte con todo mi dinero, no solo con el diezmo. l.