Logo de YouVersion
Ícono Búsqueda

Isaías 30:19-33

Isaías 30:19-33 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)

Ciertamente el pueblo morará en Sion, en Jerusalén; nunca más llorarás; el que tiene misericordia se apiadará de ti; al oír la voz de tu clamor te responderá. Bien que os dará el Señor pan de congoja y agua de angustia, con todo, tus maestros nunca más te serán quitados, sino que tus ojos verán a tus maestros. Entonces tus oídos oirán a tus espaldas palabra que diga: Este es el camino, andad por él; y no echéis a la mano derecha, ni tampoco torzáis a la mano izquierda. Entonces profanarás la cubierta de tus esculturas de plata, y la vestidura de tus imágenes fundidas de oro; las apartarás como trapo asqueroso; ¡Sal fuera! les dirás. Entonces dará el Señor lluvia a tu sementera, cuando siembres la tierra, y dará pan del fruto de la tierra, y será abundante y pingüe; tus ganados en aquel tiempo serán apacentados en espaciosas dehesas. Tus bueyes y tus asnos que labran la tierra comerán grano limpio, aventado con pala y criba. Y sobre todo monte alto, y sobre todo collado elevado, habrá ríos y corrientes de aguas el día de la gran matanza, cuando caerán las torres. Y la luz de la luna será como la luz del sol, y la luz del sol siete veces mayor, como la luz de siete días, el día que vendare Jehová la herida de su pueblo, y curare la llaga que él causó. He aquí que el nombre de Jehová viene de lejos; su rostro encendido, y con llamas de fuego devorador; sus labios llenos de ira, y su lengua como fuego que consume. Su aliento, cual torrente que inunda; llegará hasta el cuello, para zarandear a las naciones con criba de destrucción; y el freno estará en las quijadas de los pueblos, haciéndoles errar. Vosotros tendréis cántico como de noche en que se celebra pascua, y alegría de corazón, como el que va con flauta para venir al monte de Jehová, al Fuerte de Israel. Y Jehová hará oír su potente voz, y hará ver el descenso de su brazo, con furor de rostro y llama de fuego consumidor, con torbellino, tempestad y piedra de granizo. Porque Asiria que hirió con vara, con la voz de Jehová será quebrantada. Y cada golpe de la vara justiciera que asiente Jehová sobre él, será con panderos y con arpas; y en batalla tumultuosa peleará contra ellos. Porque Tofet ya de tiempo está dispuesto y preparado para el rey, profundo y ancho, cuya pira es de fuego, y mucha leña; el soplo de Jehová, como torrente de azufre, lo enciende.

Isaías 30:19-33 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)

Pueblo de Sión, que habitas en Jerusalén, ya no llorarás más. ¡El Dios de piedad se apiadará de ti cuando clames pidiendo ayuda! Tan pronto como te oiga, te responderá. Aunque el Señor te dé pan de adversidad y agua de aflicción, tus maestros no se esconderán más; con tus propios ojos los verás. Ya sea que te desvíes a la derecha o a la izquierda, tus oídos percibirán a tus espaldas una voz que te dirá: «Este es el camino; síguelo». Entonces profanarás tus ídolos enchapados en plata y tus imágenes revestidas de oro; los arrojarás como trapo impuro y les dirás: «¡Fuera de aquí!». El Señor te enviará lluvia para la semilla que siembres en la tierra, y el alimento que produzca la tierra será suculento y abundante. En aquel día tu ganado pacerá en extensas praderas. Los bueyes y los burros que trabajan la tierra comerán el mejor grano, arrojado al aire con pala y rastrillo. En el día de la gran masacre, cuando caigan las torres, habrá arroyos y corrientes de agua en toda montaña alta y en toda colina elevada. Cuando el SEÑOR ponga una venda en la fractura de su pueblo y sane las heridas que le causó, brillará la luna como el sol, y será la luz del sol siete veces más intensa, como la luz de siete días enteros. ¡Miren! El nombre del SEÑOR viene de lejos, con ardiente ira y densa humareda. Sus labios están llenos de furor; su lengua es como un fuego consumidor. Su aliento es cual torrente desbordado que llega hasta el cuello, para sacudir a las naciones y llevarlas a la ruina. Pone en las quijadas de los pueblos un freno que los desvía. Ustedes cantarán como en noche de fiesta sagrada; su corazón se alegrará, como cuando uno sube con flautas a la montaña del SEÑOR, a la Roca de Israel. El SEÑOR hará oír su majestuosa voz; su brazo descenderá con rugiente ira y llama de fuego consumidor; con aguacero, tormenta y granizo. La voz del SEÑOR quebrantará a Asiria; la golpeará con su bastón. Cada golpe que el SEÑOR descargue sobre ella con su vara de castigo será al son de panderos y de arpas; agitando su brazo, peleará contra ellos. Porque Tofet está preparada desde hace tiempo; está dispuesta incluso para el rey. Se ha hecho una pira de fuego profunda y ancha, con abundancia de fuego y leña; el soplo del SEÑOR la encenderá como un torrente de azufre ardiente.

Isaías 30:19-33 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)

»Y ustedes, israelitas que viven en la ciudad de Jerusalén, ya no tienen por qué llorar. Dios les tendrá compasión tan pronto como le pidan ayuda. En cuanto oiga sus gritos, les responderá. Y si acaso les envía algún sufrimiento, ya no se quedará escondido. Dios es su maestro, y ustedes lo verán con sus propios ojos. »Si acaso dejan de adorarlo, oirán una voz que les dirá: “No hagan eso, porque eso no me agrada. Adórenme solo a mí”. Ustedes llegarán a ver como basura sus ídolos de oro y plata. Entonces, cuando siembren sus campos, Dios les enviará lluvia. Así la tierra producirá trigo en abundancia. »Ese día, su ganado tendrá mucho lugar donde pastar. También los bueyes y los burros que trabajan en sus campos podrán alimentarse de ricos pastos. »Cuando Dios castigue a sus enemigos y destruya sus fortalezas, bajarán de las colinas y de las altas montañas grandes corrientes de agua. Ese día Dios les sanará las heridas, porque ustedes son su pueblo. La luz de la luna será tan brillante como la del sol, y el sol brillará siete veces más. ¡Será como si brillaran siete soles juntos!» Isaías continuó diciendo: «¡Miren a lo lejos! ¡Dios mismo se acerca! Su furia es como fuego ardiente; sus labios y su lengua son un fuego destructor. El aliento de Dios parece un río desbordado que todo lo inunda. Dios viene contra las naciones, para derrotarlas por completo y hacerlas perder el rumbo. »Ustedes, en cambio, escucharán canciones como en una noche de fiesta; irán con el corazón alegre, como los que caminan al ritmo de las flautas. Irán al monte de Dios, pues él es nuestro refugio. »Dios dejará oír su voz majestuosa y nos demostrará su poder. Sus rayos, aguaceros y granizos son destructores como el fuego. »Cuando Asiria oiga la voz de Dios, sabrá el castigo que le espera y se llenará de miedo. Dios la atacará en la guerra, y cuando la destruya, sonarán arpas y tambores. Desde hace mucho tiempo Dios tiene preparado un lugar de castigo para Asiria y para su rey. Es un lugar ancho y profundo, y tiene mucha leña. Cuando Dios sople sobre ella, la leña se encenderá como una lluvia de azufre».

Isaías 30:19-33 Reina Valera Contemporánea (RVC)

Ustedes, los que habitan en el monte Sión, en Jerusalén, nunca más volverán a llorar; porque el Dios misericordioso se apiadará de ustedes, y les responderá cuando oiga la voz de su clamor. Aunque el Señor les hará comer un pan de congoja y les dará a beber agua de angustia, nunca más se les quitarán sus maestros, sino que los verán con sus propios ojos. Entonces oirán ustedes decir a sus espaldas estas palabras: «Este es el camino; vayan por él. No se desvíen a la derecha ni a la izquierda.» Entonces rasparán la cubierta de sus esculturas de plata y la vestidura de sus imágenes de oro fundido; las harán a un lado, como a un trapo asqueroso, y dirán: «¡Fuera de aquí!» Cuando siembres la tierra, el Señor enviará lluvia sobre tu siembra, y del fruto de la tierra te dará abundante comida. Entonces tus ganados pastarán en terrenos espaciosos; tus bueyes y tus asnos, con los que labras la tierra, comerán grano limpio, sacudido con pala y criba; y el día de la gran matanza, cuando caigan las torres, sobre todo monte alto y sobre toda colina elevada habrá muchos ríos y arroyos. El día que el Señor ponga una venda en la herida de su pueblo, y cure la llaga que le causó, la luz de la luna alumbrará como la luz del sol, y la luz del sol alumbrará siete veces más, como la luz de siete días. ¡Miren! ¡El nombre del Señor viene de lejos! Viene con el rostro encendido y con llamas de fuego devorador; sus labios están llenos de ira, y su lengua parece un fuego abrasador; su aliento es como un torrente que llega hasta el cuello y que todo lo inunda; va a zarandear a las naciones con una criba destructora; va a poner un freno en la quijada de los pueblos, para hacerlos errar. Pero ustedes cantarán con un corazón alegre, como en la noche en que se celebra la pascua; como el flautista que va al monte del Señor para honrar al Fuerte de Israel. Y el Señor hará oír su potente voz, y dejará ver cómo descarga su brazo: ¡con rostro enfurecido y con la llama de un fuego abrasador!, ¡con un torbellino, y tempestad y piedras de granizo! Ciertamente Asiria, que hirió con vara, será quebrantada con la voz del Señor. Y cada golpe de la vara justiciera que el Señor descargue sobre ella, irá acompañado de música de arpas y panderos; ¡él librará contra ella una batalla estruendosa! Desde hace mucho tiempo está ya dispuesta y preparada para el rey una pira con mucha leña. Es ancha y profunda, y solo espera el soplo del Señor para prenderse como un río de azufre.

Isaías 30:19-33 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)

Pueblo de Sión, que vives en Jerusalén: ya no llorarás más. El Señor tendrá compasión de ti al oír que gritas pidiendo ayuda, y apenas te oiga, te responderá. Y aunque el Señor te dé el pan del sufrimiento y el agua de la aflicción, él, que es tu maestro, no se esconderá más; con tus propios ojos lo verás. Y si te desvías a la derecha o a la izquierda, oirás una voz detrás de ti, que te dirá: «Por aquí es el camino, vayan por aquí.» Y despreciarás como cosas impuras tus imágenes de plata y tus ídolos recubiertos de oro. Los rechazarás como algo impuro y los considerarás como basura. El Señor te dará lluvia para la semilla que siembres en la tierra, y la tierra producirá trigo abundante y fértil. En ese día tu ganado tendrá lugar en abundancia para pastar. Hasta los bueyes y los burros que trabajan en tus campos tendrán para comer el mejor y más exquisito forraje. Cuando llegue el día de la gran matanza y caigan las fortalezas, habrá ríos y torrentes de agua en todas las altas montañas y en las colinas elevadas. El Señor curará y vendará las heridas de su pueblo. Entonces la luna alumbrará como el sol, y la luz del sol será siete veces más fuerte, como la luz de siete soles juntos. Miren, el Señor en persona viene de lejos; su furor está ardiendo con espesa humareda, sus labios están llenos de ira, su lengua es como fuego destructor, su aliento es como un río desbordado que llega hasta el cuello; él viene a poner un yugo a las naciones para llevarlas a la ruina, a poner un freno en la boca de los pueblos para hacerlos extraviar. Para ustedes, en cambio, habrá cantos, como en noche de fiesta sagrada; su corazón estará alegre, como el de quien camina al son de la flauta para ir al monte del Señor, al refugio de Israel. El Señor dejará oír su voz majestuosa y mostrará su poder, que actuará con ira terrible, con las llamas de un fuego devorador, con rayos, aguacero y granizo. Al oír la voz del Señor y recibir su castigo, Asiria se llenará de terror, y a cada golpe que descargue el Señor sobre ella, sonarán tambores y arpas. El Señor le hará una guerra terrible. Desde hace mucho tiempo está preparado para Asiria y para su rey el lugar del tormento, ancho y profundo, una hoguera encendida con leña abundante. La encenderá el soplo del Señor, como un torrente de azufre.

Isaías 30:19-33 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)

Ciertamente el pueblo morará en Sion, en Jerusalén; nunca más llorarás; el que tiene misericordia se apiadará de ti; al oír la voz de tu clamor te responderá. Bien que os dará el Señor pan de congoja y agua de angustia, con todo, tus maestros nunca más te serán quitados, sino que tus ojos verán a tus maestros. Entonces tus oídos oirán a tus espaldas palabra que diga: Este es el camino, andad por él; y no echéis a la mano derecha, ni tampoco torzáis a la mano izquierda. Entonces profanarás la cubierta de tus esculturas de plata, y la vestidura de tus imágenes fundidas de oro; las apartarás como trapo asqueroso; ¡Sal fuera! les dirás. Entonces dará el Señor lluvia a tu sementera, cuando siembres la tierra, y dará pan del fruto de la tierra, y será abundante y pingüe; tus ganados en aquel tiempo serán apacentados en espaciosas dehesas. Tus bueyes y tus asnos que labran la tierra comerán grano limpio, aventado con pala y criba. Y sobre todo monte alto, y sobre todo collado elevado, habrá ríos y corrientes de aguas el día de la gran matanza, cuando caerán las torres. Y la luz de la luna será como la luz del sol, y la luz del sol siete veces mayor, como la luz de siete días, el día que vendare Jehová la herida de su pueblo, y curare la llaga que él causó. He aquí que el nombre de Jehová viene de lejos; su rostro encendido, y con llamas de fuego devorador; sus labios llenos de ira, y su lengua como fuego que consume. Su aliento, cual torrente que inunda; llegará hasta el cuello, para zarandear a las naciones con criba de destrucción; y el freno estará en las quijadas de los pueblos, haciéndoles errar. Vosotros tendréis cántico como de noche en que se celebra pascua, y alegría de corazón, como el que va con flauta para venir al monte de Jehová, al Fuerte de Israel. Y Jehová hará oír su potente voz, y hará ver el descenso de su brazo, con furor de rostro y llama de fuego consumidor, con torbellino, tempestad y piedra de granizo. Porque Asiria que hirió con vara, con la voz de Jehová será quebrantada. Y cada golpe de la vara justiciera que asiente Jehová sobre él, será con panderos y con arpas; y en batalla tumultuosa peleará contra ellos. Porque Tofet ya de tiempo está dispuesto y preparado para el rey, profundo y ancho, cuya pira es de fuego, y mucha leña; el soplo de Jehová, como torrente de azufre, lo enciende.

Isaías 30:19-33 La Biblia de las Américas (LBLA)

Oh pueblo de Sión, morador de Jerusalén, no llorarás más. Ciertamente se apiadará de ti a la voz de tu clamor; cuando la oiga, te responderá. Aunque el Señor os ha dado pan de escasez y agua de opresión, tu Maestro no se esconderá más, sino que tus ojos contemplarán a tu Maestro. Tus oídos oirán detrás de ti una palabra: Este es el camino, andad en él, ya sea que vayáis a la derecha o a la izquierda. Y profanarás tus imágenes talladas recubiertas de plata, y tus imágenes fundidas revestidas de oro. Las esparcirás como cosa inmunda, y les dirás: ¡Fuera de aquí! Entonces Él dará lluvia para la semilla que sembrarás en la tierra, y pan del producto de la tierra, y será rico y abundante. En aquel día tus ganados serán apacentados en espaciosos pastizales. También los bueyes y los asnos que labran la tierra comerán forraje salado, que ha sido aventado con pala y con bieldo. Sobre todo monte alto y sobre toda colina elevada habrá arroyos de aguas perennes el día de la gran matanza, cuando caigan las torres. Y será la luz de la luna como la luz del sol, y la luz del sol será siete veces mayor, como la luz de siete días, el día que el SEÑOR ponga una venda en la fractura de su pueblo y cure la llaga que Él ha causado. ¶He aquí, el nombre del SEÑOR viene de lejos; ardiente es su ira, y denso es su humo. Sus labios están llenos de indignación, su lengua es como fuego consumidor, y su aliento como un torrente desbordado que llega hasta el cuello, para zarandear a las naciones en una zaranda de destrucción, y poner la brida que conduce a la ruina en las mandíbulas de los pueblos. Tendréis cánticos como en la noche en que celebráis la fiesta, y alegría de corazón como cuando uno marcha al son de la flauta, para ir al monte del SEÑOR, a la Roca de Israel. Y el SEÑOR hará oír la majestad de su voz, y dejará ver el descenso de su brazo con furia de ira y llama de fuego consumidor, con turbión, aguacero y piedra de granizo. Porque a la voz del SEÑOR, Asiria se aterrará cuando Él hiera con la vara. Y cada golpe de la vara de castigo que el SEÑOR descargue sobre ella, será al son de panderos y liras; y en batallas, blandiendo armas, Él peleará contra ellos. Porque Tofet está preparado desde hace tiempo, ciertamente, ha sido dispuesto para el rey. Él lo ha hecho profundo y ancho, una pira de fuego con abundante leña; el soplo del SEÑOR, como torrente de azufre, lo enciende.

Isaías 30:19-33 Nueva Traducción Viviente (NTV)

Oh pueblo de Sion, que vives en Jerusalén, ya no llorarás más. Él será compasivo si le pides ayuda; sin ninguna duda, él responderá a los clamores. Aunque el Señor te dio a comer adversidad y a beber sufrimiento, él seguirá contigo a fin de enseñarte; verás a tu maestro con tus propios ojos. Tus oídos lo escucharán. Detrás de ti, una voz dirá: «Este es el camino por el que debes ir», ya sea a la derecha o a la izquierda. Entonces destruirás todos tus ídolos de plata y tus valiosas imágenes de oro. Los desecharás como trapos sucios, y les dirás: «¡Adiós y hasta nunca!». Entonces el SEÑOR te bendecirá con lluvia durante el tiempo de la siembra. Habrá cosechas maravillosas y muchos pastizales para tus animales. Los bueyes y los burros que cultivan los campos comerán buen grano, y el viento llevará la paja. En aquel día, cuando tus enemigos sean masacrados y caigan las torres, descenderán corrientes de agua de cada monte y colina. La luna será tan resplandeciente como el sol, y el sol brillará siete veces más, como la luz de siete días en uno solo. Así será cuando el SEÑOR comience a sanar a su pueblo y a curar las heridas que le hizo. ¡Miren! El SEÑOR viene desde muy lejos, ardiendo de enojo, rodeado de un humo espeso que sube. Sus labios están llenos de furia; sus palabras consumen como el fuego. Su ardiente aliento fluye como una inundación hasta el cuello de sus enemigos. Él zarandeará a las naciones soberbias para destrucción; les pondrá el freno en la boca y las llevará a la ruina. Sin embargo, el pueblo de Dios entonará una canción de alegría, como los cantos de los festivales sagrados. Estarás lleno de alegría, como cuando un flautista dirige a un grupo de peregrinos a Jerusalén, el monte del SEÑOR, a la Roca de Israel. Y el SEÑOR hará oír su majestuosa voz y demostrará la fuerza de su brazo poderoso. Descenderá con llamas consumidoras, con aguaceros, con tormentas eléctricas y enormes granizos. Por orden del SEÑOR, los asirios serán destrozados; los herirá de muerte con su cetro real. Y cuando el SEÑOR los golpee con su vara de castigo, su pueblo celebrará con arpas y panderetas. Él levantará su brazo poderoso y peleará contra los asirios. Tofet, el lugar de incineración, hace tiempo que está preparado para el rey asirio; la pira tiene un gran montón de leña. El aliento del SEÑOR, como fuego de volcán, la encenderá.