Oh pueblo de Sión, morador de Jerusalén, no llorarás más. Ciertamente se apiadará de ti a la voz de tu clamor; cuando la oiga, te responderá. Aunque el Señor os ha dado pan de escasez y agua de opresión, tu Maestro no se esconderá más, sino que tus ojos contemplarán a tu Maestro. Tus oídos oirán detrás de ti una palabra: Este es el camino, andad en él, ya sea que vayáis a la derecha o a la izquierda. Y profanarás tus imágenes talladas recubiertas de plata, y tus imágenes fundidas revestidas de oro. Las esparcirás como cosa inmunda, y les dirás: ¡Fuera de aquí!
Entonces Él dará lluvia para la semilla que sembrarás en la tierra, y pan del producto de la tierra, y será rico y abundante. En aquel día tus ganados serán apacentados en espaciosos pastizales. También los bueyes y los asnos que labran la tierra comerán forraje salado, que ha sido aventado con pala y con bieldo. Sobre todo monte alto y sobre toda colina elevada habrá arroyos de aguas perennes el día de la gran matanza, cuando caigan las torres. Y será la luz de la luna como la luz del sol, y la luz del sol será siete veces mayor, como la luz de siete días, el día que el SEÑOR ponga una venda en la fractura de su pueblo y cure la llaga que Él ha causado.
¶He aquí, el nombre del SEÑOR viene de lejos;
ardiente es su ira, y denso es su humo.
Sus labios están llenos de indignación,
su lengua es como fuego consumidor,
y su aliento como un torrente desbordado
que llega hasta el cuello,
para zarandear a las naciones en una zaranda de destrucción,
y poner la brida que conduce a la ruina en las mandíbulas de los pueblos.
Tendréis cánticos como en la noche en que celebráis la fiesta,
y alegría de corazón como cuando uno marcha al son de la flauta,
para ir al monte del SEÑOR, a la Roca de Israel.
Y el SEÑOR hará oír la majestad de su voz,
y dejará ver el descenso de su brazo
con furia de ira y llama de fuego consumidor,
con turbión, aguacero y piedra de granizo.
Porque a la voz del SEÑOR, Asiria se aterrará
cuando Él hiera con la vara.
Y cada golpe de la vara de castigo
que el SEÑOR descargue sobre ella,
será al son de panderos y liras;
y en batallas, blandiendo armas, Él peleará contra ellos.
Porque Tofet está preparado desde hace tiempo,
ciertamente, ha sido dispuesto para el rey.
Él lo ha hecho profundo y ancho,
una pira de fuego con abundante leña;
el soplo del SEÑOR, como torrente de azufre, lo enciende.