»Y ustedes, israelitas que viven en la ciudad de Jerusalén, ya no tienen por qué llorar. Dios les tendrá compasión tan pronto como le pidan ayuda. En cuanto oiga sus gritos, les responderá. Y si acaso les envía algún sufrimiento, ya no se quedará escondido. Dios es su maestro, y ustedes lo verán con sus propios ojos. »Si acaso dejan de adorarlo, oirán una voz que les dirá: “No hagan eso, porque eso no me agrada. Adórenme solo a mí”. Ustedes llegarán a ver como basura sus ídolos de oro y plata. Entonces, cuando siembren sus campos, Dios les enviará lluvia. Así la tierra producirá trigo en abundancia. »Ese día, su ganado tendrá mucho lugar donde pastar. También los bueyes y los burros que trabajan en sus campos podrán alimentarse de ricos pastos. »Cuando Dios castigue a sus enemigos y destruya sus fortalezas, bajarán de las colinas y de las altas montañas grandes corrientes de agua. Ese día Dios les sanará las heridas, porque ustedes son su pueblo. La luz de la luna será tan brillante como la del sol, y el sol brillará siete veces más. ¡Será como si brillaran siete soles juntos!» Isaías continuó diciendo: «¡Miren a lo lejos! ¡Dios mismo se acerca! Su furia es como fuego ardiente; sus labios y su lengua son un fuego destructor. El aliento de Dios parece un río desbordado que todo lo inunda. Dios viene contra las naciones, para derrotarlas por completo y hacerlas perder el rumbo. »Ustedes, en cambio, escucharán canciones como en una noche de fiesta; irán con el corazón alegre, como los que caminan al ritmo de las flautas. Irán al monte de Dios, pues él es nuestro refugio. »Dios dejará oír su voz majestuosa y nos demostrará su poder. Sus rayos, aguaceros y granizos son destructores como el fuego. »Cuando Asiria oiga la voz de Dios, sabrá el castigo que le espera y se llenará de miedo. Dios la atacará en la guerra, y cuando la destruya, sonarán arpas y tambores. Desde hace mucho tiempo Dios tiene preparado un lugar de castigo para Asiria y para su rey. Es un lugar ancho y profundo, y tiene mucha leña. Cuando Dios sople sobre ella, la leña se encenderá como una lluvia de azufre».
Leer Isaías 30
Compartir
Comparar todas las versiones: Isaías 30:19-33
¡Guarda versículos, lee sin conexión, mira videos didácticos y más!
Inicio
Biblia
Planes
Videos