Aborrecieron la tierra deseable,
no creyeron en su palabra,
sino que murmuraron en sus tiendas,
y no escucharon la voz del SEÑOR.
Por tanto, les juró
abatirlos en el desierto,
y esparcir su simiente entre las naciones,
y dispersarlos por las tierras.
¶Se unieron también a Baal-peor,
y comieron sacrificios ofrecidos a los muertos.
Le provocaron, pues, a ira con sus actos,
y la plaga se desató entre ellos.
Entonces Finees se levantó e intervino,
y cesó la plaga.
Y le fue contado por justicia
por todas las generaciones para siempre.
¶También le hicieron enojarse en las aguas de Meriba,
y le fue mal a Moisés por culpa de ellos,
puesto que fueron rebeldes contra su Espíritu,
y él habló precipitadamente con sus labios.
¶No destruyeron a los pueblos,
como el SEÑOR les había mandado,
sino que se mezclaron con las naciones,
aprendieron sus costumbres,
y sirvieron a sus ídolos
que se convirtieron en lazo para ellos.
Sacrificaron a sus hijos y a sus hijas a los demonios,
y derramaron sangre inocente,
la sangre de sus hijos y de sus hijas,
a quienes sacrificaron a los ídolos de Canaán,
y la tierra fue contaminada con sangre.
Así se contaminaron en sus costumbres,
y fueron infieles en sus hechos.
¶Entonces se encendió la ira del SEÑOR contra su pueblo,
y Él aborreció su heredad.
Los entregó en mano de las naciones,
y los que los aborrecían se enseñorearon sobre ellos.
Sus enemigos también los oprimieron,
y fueron subyugados bajo su poder.
Muchas veces los libró;
ellos, sin embargo, fueron rebeldes a su consejo,
y se hundieron en su iniquidad.
¶Sin embargo, Él vio su angustia
al escuchar su clamor;
y por amor a ellos se acordó de su pacto,
y se arrepintió conforme a la grandeza de su misericordia.
Les hizo también objeto de compasión
en presencia de todos los que los tenían cautivos.
¶Sálvanos, oh SEÑOR, Dios nuestro,
y reúnenos de entre las naciones,
para dar gracias a tu santo nombre,
y para gloriarnos en tu alabanza.
Bendito sea el SEÑOR, Dios de Israel,
desde la eternidad y hasta la eternidad.
Y todo el pueblo diga: Amén.
¡Aleluya!