Entonces Jacob llamó a sus hijos, y dijo: Reuníos para que os haga saber lo que os ha de acontecer en los días venideros.
Juntaos y oíd, hijos de Jacob,
y escuchad a Israel vuestro padre.
¶Rubén, tú eres mi primogénito,
mi poderío y el principio de mi vigor,
prominente en dignidad y prominente en poder.
Incontrolable como el agua, no tendrás preeminencia,
porque subiste a la cama de tu padre,
y la profanaste: él subió a mi lecho.
¶Simeón y Leví son hermanos;
sus armas instrumentos de violencia.
En su consejo no entre mi alma,
a su asamblea no se una mi gloria,
porque en su ira mataron hombres,
y en su obstinación desjarretaron bueyes.
Maldita su ira porque es feroz;
y su furor porque es cruel.
Los dividiré en Jacob,
y los dispersaré en Israel.
¶A ti Judá, te alabarán tus hermanos;
tu mano en la cerviz de tus enemigos;
se inclinarán a ti los hijos de tu padre.
Cachorro de león es Judá;
de la presa, hijo mío, has subido.
Se agazapa, se echa como león,
o como leona, ¿quién lo despertará?
El cetro no se apartará de Judá,
ni la vara de gobernante de entre sus pies,
hasta que venga Siloh,
y a él sea dada la obediencia de los pueblos.
Él ata a la vid su pollino,
y a la mejor cepa el hijo de su asna;
él lava en vino sus vestiduras,
y en la sangre de las uvas su manto.
Sus ojos están apagados por el vino,
y sus dientes blancos por la leche.