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1 Tesalonicenses 1

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Introducción
(1.1-10)
Saludo#1.1 En el saludo (véase Ro 1.1-7 n.), Pablo menciona a Silvano (Silas, Hch 15.22 nota) y a Timoteo (Hch 16.1 nota), quienes lo habían acompañado mientras realizaba su trabajo misionero en Tesalónica y, por lo tanto, eran conocidos por los creyentes de aquel lugar. Ellos estaban con Pablo cuando escribió la carta. Tesalónica era capital de la provincia romana de Macedonia (véase 1 Ts 1.7 n.). Respecto del comienzo de la iglesia de Tesalónica, cf. Hch 17.1-9.
1Pablo, Silvano y Timoteo saludan a la comunidad de los creyentes de la ciudad de Tesalónica, que están unidos a Dios el Padre y al Señor Jesucristo. Que Dios derrame su gracia y su paz sobre ustedes.#1.1 Que Dios... sobre ustedes: Lit. Gracia y paz a ustedes.
Acción de gracias a Dios#1.2-10 Como acostumbra en sus cartas, Pablo incluye una sección de acción de gracias a Dios y de felicitación; en cierto sentido, el mismo tema se prolonga hasta el fin del cap. 3.
2Siempre damos gracias a Dios por todos ustedes, y los recordamos en nuestras oraciones. 3Continuamente recordamos qué activa ha sido su fe, qué servicial su amor, y qué fuerte en los sufrimientos su esperanza en nuestro Señor Jesucristo, delante de nuestro Dios y Padre.#1.3 Éste es el texto más antiguo de las cartas de Pablo en que se describe la vida cristiana con referencia a las tres actitudes fundamentales, la fe, el amor y la esperanza. Cada una de ellas se especifica aquí por una característica propia: la actividad de la fe, el carácter servicial del amor, la fortaleza en los sufrimientos propia de la esperanza. Cf. 1 Co 13.13; Col 1.4-5; 1 Ts 5.8. 4Hermanos amados por Dios, sabemos que él los ha escogido. 5Pues cuando nosotros les anunciamos el evangelio, no fue solamente con palabras, sino que lo hicimos también con demostraciones del poder de Dios y de la actividad del Espíritu Santo,#1~Co 2.4-5. y con una gran abundancia de gracias.#1.5 Abundancia de gracias: otra posible traducción: confianza. Bien saben cómo nos portamos entre ustedes, buscando su propio bien.
6Ustedes, por su parte, siguieron nuestro ejemplo#1.6 Siguieron nuestro ejemplo: 1 Co 4.16; 11.1; Flp 3.17. y el ejemplo del Señor, y recibieron el mensaje con la alegría que el Espíritu Santo les daba en medio de grandes sufrimientos.#Hch 17.5-9. 7De esta manera llegaron a ser un ejemplo para todos los creyentes en las regiones de Macedonia y Acaya.#1.7 Macedonia y Acaya: provincias romanas que integraban el norte y sur de Grecia respectivamente; la capital de Acaya era Corinto, donde Pablo escribe esta carta. 8Partiendo de ustedes, el mensaje del Señor se ha extendido, no solo por Macedonia y Acaya, sino por todas partes, y se sabe de la fe que ustedes tienen en Dios, de manera que ya no es necesario que nosotros digamos nada. 9Al contrario, ellos mismos hablan de nuestra llegada a ustedes y de cómo ustedes abandonaron los ídolos y se volvieron al Dios vivo y verdadero para servirle 10y esperar que vuelva del cielo Jesús, el Hijo de Dios, al cual Dios resucitó. Jesús es quien nos salva del terrible castigo#1.10 Del terrible castigo: Lit. de la ira. que viene.

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