1 Samuel 8
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II. INSTITUCIÓN DE LA MONARQUÍA#8.1—12.25 Los episodios relatados a partir de este cap. marcan el comienzo de una nueva época en la historia de Israel. Su principal característica es la institución de la monarquía, que comienza con el reinado de Saúl. En el relato de los hechos pueden percibirse dos actitudes opuestas: una es adversa a la monarquía, porque la considera contraria a la absoluta soberanía del Señor sobre Israel (caps. 8; 10.17-26; 12.1-25); la otra se manifiesta más favorable, porque tiene en cuenta que la fuerte presión de los enemigos externos exigía una institución permanente y no un simple liderato para los casos de emergencia, como en el período de los jueces (1 S 9.1—10.16; 10.27—11.15).
(8—12)
Israel quiere tener rey
1Al hacerse viejo, Samuel nombró caudillos de Israel a sus hijos. 2Su primer hijo, que se llamaba Joel, y su segundo hijo, Abías, gobernaban en Beerseba. 3Sin embargo, los hijos no se comportaron como su padre, sino que se volvieron ambiciosos, y se dejaron sobornar, y no obraron con justicia. 4Entonces se reunieron todos los ancianos de Israel#8.4 Los ancianos de Israel: es decir, los jefes y representantes del pueblo. Véase Ex 3.16 nota. y fueron a entrevistarse con Samuel en Ramá, 5para decirle: «Tú ya eres un anciano, y tus hijos no se portan como tú; por lo tanto, nombra un rey que nos gobierne, como es costumbre en todas las naciones.»#8.5 Cf. Dt 17.14. Los ancianos fundamentan su pedido en la incapacidad de los hijos de Samuel para administrar justicia. Sin embargo, las causas de la institución de la monarquía fueron en realidad más complejas. Entre éstas se destacan particularmente la mayor conciencia de la unidad de las tribus y la voluntad de oponer una eficaz resistencia a los enemigos externos, especialmente a los filisteos.
6Samuel, disgustado porque le pedían que nombrara un rey para que los gobernara, se dirigió en oración al Señor; 7pero el Señor le respondió: «Atiende cualquier petición que el pueblo te haga, pues no es a ti a quien rechazan, sino a mí, para que yo no reine sobre ellos. 8Desde el día en que los saqué de Egipto, hasta el presente, han hecho conmigo lo mismo que ahora te hacen a ti, pues me han abandonado para rendir culto a otros dioses. 9Así pues, atiende su petición; pero antes adviérteles seriamente de todos los privilegios que sobre ellos tendrá el rey que los gobierne.»#8.9 Samuel debe advertir al pueblo acerca de las desventajas del régimen monárquico, enumerando los privilegios y derechos del rey sobre los demás israelitas. Estos derechos incluían, entre otras cosas, la imposición del servicio militar, la enajenación de los bienes y el reclamo de diezmos y tributos.
10Entonces Samuel comunicó la respuesta del Señor al pueblo que le pedía un rey. 11Les dijo:
—Esto es lo que les espera con el rey que los va a gobernar: Llamará a filas a los hijos de ustedes, y a unos los destinará a los carros de combate, a otros a la caballería y a otros a su guardia personal. 12A unos los nombrará jefes de mil soldados, y a otros jefes de cincuenta. A algunos de ustedes los pondrá a arar sus tierras y recoger sus cosechas, o a fabricar sus armas y el material de sus carros de combate. 13Y tomará también a su servicio a las hijas de ustedes, para que sean sus perfumistas, cocineras y panaderas. 14Se apoderará de las mejores tierras y de los mejores viñedos#8.14 Se apoderará... viñedos: Cf. 1 R 21.1-24. y olivares de ustedes, y los entregará a sus funcionarios. 15Les quitará la décima parte de sus cereales y viñedos, y la entregará a los funcionarios#8.15 Funcionarios: Lit. eunucos. Véase Jer 29.1-2 nota. y oficiales de su corte. 16También les quitará a ustedes sus criados y criadas, y sus mejores bueyes y asnos,#8.16 Sus mejores bueyes: según la versión griega (LXX). Heb. sus mejores jóvenes. y los hará trabajar para él. 17Se apropiará, además, de la décima parte de sus rebaños, y hasta ustedes mismos tendrán que servirle. 18Y el día en que se quejen por causa del rey que hayan escogido, el Señor no les hará caso.
19Pero el pueblo, sin tomar en cuenta la advertencia de Samuel, respondió:
—No importa. Queremos tener rey, 20para ser como las otras naciones, y para que reine sobre nosotros y nos gobierne y dirija en la guerra.
21Después de escuchar Samuel las palabras del pueblo, se las repitió al Señor, 22y el Señor le respondió:
—Atiende su petición y nómbrales un rey.
Entonces Samuel ordenó a los israelitas que regresaran, cada uno a la ciudad de donde venía.
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Texto © Sociedades Bíblicas Unidas, 1994.