Señor, muéstrame tus caminos, enséñame tus sendas, instrúyeme en tu verdad; enséñame, porque tú eres el Dios que me salva, en ti pongo mi esperanza cada día. Recuerda, Señor, tu misericordia y tu amor que desde siempre existen; olvida mis faltas de juventud y mis pecados, recuérdame en tu amor, por tu bondad, Señor. El Señor es bueno y recto, él muestra el camino a los pecadores, instruye en la justicia a los humildes, enseña a los humildes su camino. Las sendas del Señor son amor y verdad para quienes respetan su alianza y sus mandatos. Señor, haciendo honor a tu nombre, perdona mi grave pecado. A quien venere al Señor, él le enseñará qué camino elegir; vivirá con prosperidad y su descendencia heredará la tierra. El Señor se confía a sus fieles anunciándoles su alianza. Mis ojos tengo siempre en el Señor, él libera mis pies de la trampa. Atiéndeme, apiádate de mí que estoy solo y desvalido. Mis angustias se multiplican, líbrame tú de mis pesares. Mira mis aflicciones y penas, perdóname mis pecados; mira cuántos son mis enemigos y el rencor con que me odian. Protégeme, sálvame, no me defraudes, pues en ti confío. La integridad y la rectitud me protejan porque en ti tengo puesta mi esperanza.
Leer SALMOS 25
Compartir
Comparar todas las versiones: SALMOS 25:4-21
¡Guarda versículos, lee sin conexión, mira videos didácticos y más!
Inicio
Biblia
Planes
Videos