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Proverbios 31:1-21

Proverbios 31:1-21 TLA

Con estas palabras el rey Lemuel fue educado por su madre. «Querido hijo mío, que naciste como respuesta de mis oraciones a Dios, ¿qué consejos podría darte? ¡No te vuelvas loco por las mujeres!, pues han llevado a la ruina a muchos reyes. »Querido Lemuel, no conviene que los reyes tomen bebidas alcohólicas, ni que se emborrachen. Porque en cuanto se emborrachan se olvidan de la ley y no protegen a los pobres. El alcohol es para los que viven amargados y ya no tienen esperanza. ¡Déjalos que se emborrachen y se olviden de su miseria! ¡Que no se acuerden de lo mucho que sufren! »Habla en favor de las viudas; defiende los derechos de los huérfanos. Habla en favor de ellos; ¡hazles justicia! ¡Defiende a los pobres y humildes!» ¡Qué difícil es hallar una esposa extraordinaria! ¡Hallarla es como encontrarse una joya muy valiosa! Quien se casa con ella puede darle toda su confianza; dinero nunca le faltará. A ella todo le sale bien; nunca nada le sale mal. Sale a comprar lana y lino, y con sus propias manos trabaja con alegría. Se parece a los barcos mercantes: de muy lejos trae su comida. Se levanta muy temprano, y da de comer a sus hijos y asigna tareas a sus sirvientas. Calcula el precio de un campo; con sus ganancias lo compra, planta un viñedo, y en él trabaja de sol a sol. Ella misma se asegura de que el negocio marche bien; toda la noche hay luz en su casa, pues toda la noche trabaja. Ella fabrica su propia ropa, y siempre ayuda a los pobres. No le preocupa que haga frío, pues todos en su casa andan siempre bien abrigados.