»La ofrenda para hacer las paces conmigo es muy especial. Por lo tanto, el animal que me ofrezcan se matará a la entrada del santuario, y su sangre será derramada sobre los cuatro costados del altar.
»El sacerdote quemará sobre el altar la cola, los intestinos, los riñones, parte del hígado, y la grasa que recubre todo eso, junto con la grasa de los lomos.
»De esta ofrenda solo podrán comer los sacerdotes. Se trata de una ofrenda que se presenta en mi honor, así que deberán comerla en el lugar especialmente apartado para eso.
»En cuanto a las ofrendas para hacer las paces conmigo y pedirme perdón, solo tengo una instrucción: Una parte del animal que se quema en mi honor, y su piel, será para el sacerdote que haga la ofrenda sobre el altar. También serán para el sacerdote las ofrendas horneadas, cocidas o fritas. Cualquier otra ofrenda de cereales, ya sea que se remoje en aceite o se presente seca, se la repartirán por partes iguales los demás sacerdotes.
»La ofrenda para pedirme salud y bienestar deben presentarla de la siguiente manera: Si quien presenta la ofrenda lo hace para darme las gracias, deberá presentar harina, y también panes y galletas sin levadura. Todo esto debe amasarse con bastante aceite.
»Junto con esa ofrenda deberá también presentarme unos panes con levadura. Esta ofrenda es para mí, pero el sacerdote que la presente podrá tomar una parte.
»La carne del animal ofrecido debe comerse el mismo día en que se presenta como ofrenda. No debe dejarse nada para el día siguiente.
»Si la ofrenda se presenta de manera voluntaria, o para cumplir una promesa, la carne del animal ofrecido deberá comerse el mismo día. Si queda algo de carne podrá comerse al día siguiente. Pero si al tercer día aún queda algo, deberán quemarlo.
»Si al tercer día alguien come de esa carne, esa persona cometerá pecado. Además, ya no aceptaré esa ofrenda, ni la tomaré en cuenta, pues la consideraré despreciable.
»Toda persona que se considere pura, podrá comer carne. Sin embargo, si algo que se considera impuro toca la carne, esta no deberá comerse, sino quemarse.
»Si alguien, considerado impuro, come carne de la ofrenda para hacer las paces conmigo, deberá ser expulsado del país.
»Si alguien toca algo considerado impuro y, a pesar de todo, come carne de una ofrenda para pedir salud y bienestar, deberá ser expulsado del país».
Dios también le ordenó a Moisés que les diera a los israelitas las siguientes instrucciones:
«Ustedes no deberán comer grasa de toro, ni de cordero, ni de cabra. La grasa de los animales muertos o despedazados por las fieras podrán usarla para lo que quieran, menos para comerla. El que coma grasa de los animales que se ofrecen para quemarlos en mi honor, deberá ser expulsado del país.
»Tampoco deberán comer la sangre de ningún animal o ave. No importa dónde vivan ustedes, cualquiera que coma carne con sangre deberá ser expulsado del país».