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Jueces 5:21-31

Jueces 5:21-31 TLA

El antiguo arroyo de Quisón barrió con todos nuestros enemigos. »¡Adelante, siempre adelante! ¡Yo, Débora, marcharé con poder! »Los caballos de Sísara salieron a galope tendido; ¡sus cascos retumbaban como relámpagos! Y anunció el ángel de Dios: “¡Que Dios castigue a los habitantes de Meroz! Porque no vinieron a ayudar al ejército de Dios, ¡no quisieron luchar por él!” »¡Bendita seas Jael, esposa de Héber el quenita! ¡Bendita entre todas las mujeres de Israel! Sísara te pidió agua y tú le diste leche para hacerlo caer en un sueño profundo. Con una mano tomaste una estaca, y con la otra, un martillo. De un golpe le aplastaste la cabeza. Sísara se desplomó entre tus piernas. ¡Quedó tendido en el piso! »La madre de Sísara, afligida, se asoma por la ventana y pregunta: “¿Por qué tarda tanto mi hijo? ¿Por qué no se oyen sus caballos?” Las sirvientas más sabias le responden; y ella misma se repite estas palabras: “Seguramente se están repartiendo lo que ganaron en la guerra: Una o dos mujeres para cada capitán, telas de muchos colores para Sísara, uno o dos pañuelos bordados en colores para adornarse el cuello…”. »Y Débora y Barac terminaron su canto así: ¡Dios mío, que sean destruidos tus enemigos, pero que tus amigos brillen como el sol de mediodía!»

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