Ese pueblo siempre me ofende:
ofrece sacrificios a los ídolos
y quema incienso sobre unos ladrillos.
»Este pueblo se sienta en los sepulcros
y pasa la noche en las cuevas
para rendirles culto a sus muertos;
hasta come carne de cerdo
y llena sus ollas con el caldo
que ha ofrecido a los ídolos.
»Este pueblo anda diciendo:
“No se metan con nosotros;
somos un pueblo elegido por Dios”.
»Pero son un pueblo tan molesto
como el humo en las narices,
como un fuego que arde todo el día.
Por eso llevo la cuenta
de todo lo que hace,
y no me quedaré callado,
sino que le daré su merecido.
»Castigaré a este pueblo
por todos los crímenes que ha cometido.
Me ofendió grandemente
al quemar incienso a los ídolos
sobre los montes y las colinas.
Por eso, ajustaremos cuentas,
y le daré su merecido.
Les juro que así será».
Dios también dijo:
«Cuando las uvas están jugosas,
la gente no las desecha,
porque puede sacar mucho vino.
Por eso yo,
por amor a mis servidores,
no destruiré a toda la nación.
Haré que Israel y Judá
tengan muchos descendientes,
y que habiten esta tierra
llena de colinas y montañas.
Mis elegidos poseerán la tierra,
mis servidores habitarán allí.
En la llanura de Sarón
habrá muchas ovejas,
y en el valle de Acor
pastará el ganado
que tendrá mi pueblo fiel.
»Pero a ustedes,
que se apartan de mí,
que se olvidan de mi templo,
y ofrecen comida y vino
a los dioses de la buena fortuna
y del destino,
no les espera nada bueno.
Porque yo los llamé
y ustedes no me respondieron,
les hablé y no me obedecieron;
hicieron lo que no me gusta,
y eligieron lo que no me agrada».
Dios también dijo:
«Mis fieles seguidores tendrán comida,
pero ustedes,
los que se apartan de mí,
sentirán hambre;
mis seguidores tendrán agua,
pero ustedes tendrán sed.
»Mis seguidores se alegrarán,
pero ustedes quedarán avergonzados.
Ellos cantarán con el corazón alegre,
mientras que ustedes gritarán y llorarán
con el corazón hecho pedazos.
»A mis seguidores les daré
un nombre hermoso;
en cambio, el nombre de ustedes
se usará para maldecir a otros.
»Yo soy un Dios fiel,
y prometo que mis fieles seguidores
dejarán de sufrir.
Todo el que pida
una bendición en el país,
la pedirá en mi nombre,
porque yo cumplo lo que prometo;
y todo el que haga un juramento
jurará en mi nombre,
porque yo cumplo mis juramentos».
Dios dijo:
«Llénense de alegría,
porque voy a crear algo nuevo.
Voy a crear un cielo nuevo
y una tierra nueva.
Todo lo del pasado será olvidado,
y nadie lo recordará más.
»Voy a crear una nueva Jerusalén;
será una ciudad feliz
y en ella vivirá un pueblo alegre.
Yo mismo me alegraré con Jerusalén
y haré fiesta con mi pueblo.
En Jerusalén no habrá más llanto
ni se oirán gritos de angustia.
»No habrá niños
que mueran al nacer,
ni ancianos que mueran
antes de tiempo.
Morir a los cien años
será morir joven;
no llegar a esa edad
será una maldición.
»Mi pueblo construirá casas,
y vivirá en ellas;
sembrará viñedos y campos de trigo,
y comerá pan y beberá vino.
Mi pueblo tendrá una larga vida,
y podrá disfrutar del trabajo de sus manos.
»Mi pueblo no trabajará en vano,
ni sus hijos morirán antes de tiempo.
Porque yo los bendeciré
a ellos, a sus hijos y a sus nietos.
Antes de que me llamen,
yo les responderé;
antes de que terminen de hablar,
ya los habré escuchado.
»El lobo y el cordero comerán juntos,
el león comerá pasto como el buey,
y la serpiente solo comerá tierra.
No habrá en toda Jerusalén
nadie que haga daño a los demás.
Les juro que así será».