Isaías 65:3-25
Isaías 65:3-25 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
pueblo que en mi rostro me provoca de continuo a ira, sacrificando en huertos, y quemando incienso sobre ladrillos; que se quedan en los sepulcros, y en lugares escondidos pasan la noche; que comen carne de cerdo, y en sus ollas hay caldo de cosas inmundas; que dicen: Estate en tu lugar, no te acerques a mí, porque soy más santo que tú; estos son humo en mi furor, fuego que arde todo el día. He aquí que escrito está delante de mí; no callaré, sino que recompensaré, y daré el pago en su seno por vuestras iniquidades, dice Jehová, y por las iniquidades de vuestros padres juntamente, los cuales quemaron incienso sobre los montes, y sobre los collados me afrentaron; por tanto, yo les mediré su obra antigua en su seno. Así ha dicho Jehová: Como si alguno hallase mosto en un racimo, y dijese: No lo desperdicies, porque bendición hay en él; así haré yo por mis siervos, que no lo destruiré todo. Sacaré descendencia de Jacob, y de Judá heredero de mis montes; y mis escogidos poseerán por heredad la tierra, y mis siervos habitarán allí. Y será Sarón para habitación de ovejas, y el valle de Acor para majada de vacas, para mi pueblo que me buscó. Pero vosotros los que dejáis a Jehová, que olvidáis mi santo monte, que ponéis mesa para la Fortuna, y suministráis libaciones para el Destino; yo también os destinaré a la espada, y todos vosotros os arrodillaréis al degolladero, por cuanto llamé, y no respondisteis; hablé, y no oísteis, sino que hicisteis lo malo delante de mis ojos, y escogisteis lo que me desagrada. Por tanto, así dijo Jehová el Señor: He aquí que mis siervos comerán, y vosotros tendréis hambre; he aquí que mis siervos beberán, y vosotros tendréis sed; he aquí que mis siervos se alegrarán, y vosotros seréis avergonzados; he aquí que mis siervos cantarán por júbilo del corazón, y vosotros clamaréis por el dolor del corazón, y por el quebrantamiento de espíritu aullaréis. Y dejaréis vuestro nombre por maldición a mis escogidos, y Jehová el Señor te matará, y a sus siervos llamará por otro nombre. El que se bendijere en la tierra, en el Dios de verdad se bendecirá; y el que jurare en la tierra, por el Dios de verdad jurará; porque las angustias primeras serán olvidadas, y serán cubiertas de mis ojos. Porque he aquí que yo crearé nuevos cielos y nueva tierra; y de lo primero no habrá memoria, ni más vendrá al pensamiento. Mas os gozaréis y os alegraréis para siempre en las cosas que yo he creado; porque he aquí que yo traigo a Jerusalén alegría, y a su pueblo gozo. Y me alegraré con Jerusalén, y me gozaré con mi pueblo; y nunca más se oirán en ella voz de lloro, ni voz de clamor. No habrá más allí niño que muera de pocos días, ni viejo que sus días no cumpla; porque el niño morirá de cien años, y el pecador de cien años será maldito. Edificarán casas, y morarán en ellas; plantarán viñas, y comerán el fruto de ellas. No edificarán para que otro habite, ni plantarán para que otro coma; porque según los días de los árboles serán los días de mi pueblo, y mis escogidos disfrutarán la obra de sus manos. No trabajarán en vano, ni darán a luz para maldición; porque son linaje de los benditos de Jehová, y sus descendientes con ellos. Y antes que clamen, responderé yo; mientras aún hablan, yo habré oído. El lobo y el cordero serán apacentados juntos, y el león comerá paja como el buey; y el polvo será el alimento de la serpiente. No afligirán, ni harán mal en todo mi santo monte, dijo Jehová.
Isaías 65:3-25 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
Es un pueblo que en mi propia cara constantemente me provoca; que ofrece sacrificios en los jardines y quema incienso sobre ladrillos; que se sienta entre los sepulcros y pasa la noche en vigilias secretas; que come carne de cerdo, y en sus ollas cocina caldo impuro; que dice: “¡Manténganse alejados! ¡No se me acerquen! ¡Soy demasiado sagrado para ustedes!”. Todo esto me fastidia como humo en la nariz; ¡es un fuego que arde todo el día! »Ante mí ha quedado escrito; no guardaré silencio. Les daré su merecido; lo sufrirán en carne propia, tanto por las iniquidades de ustedes como por las de sus antepasados», dice el SEÑOR. «Por cuanto ellos quemaron incienso en las montañas y me desafiaron en las colinas, les haré sufrir en carne propia las consecuencias de sus acciones pasadas». Así dice el SEÑOR: «Cuando alguien encuentra un buen racimo de uvas, dice: “No lo dañen, porque en él hay bendición”. Del mismo modo actuaré yo por amor a mis siervos: No los destruiré a todos. De Jacob sacaré descendientes, y de Judá, a los que poseerán mis montañas. Las heredarán mis elegidos y allí morarán mis siervos. Para mi pueblo que me busca, Sarón será corral de ovejas; el valle de Acor, corral de vacas. »Pero a ustedes que abandonan al SEÑOR y se olvidan de mi monte santo, que para el dios de la fortuna preparan una mesa y para el dios del destino sirven vino mezclado, los destinaré a la espada; todos ustedes se inclinarán para el degüello. Porque llamé y no me respondieron, hablé y no me escucharon. Más bien, hicieron lo malo ante mis ojos y optaron por lo que no me agrada». Por eso, así dice el SEÑOR y Dios: «Mis siervos comerán, pero ustedes pasarán hambre; mis siervos beberán, pero ustedes sufrirán de sed; mis siervos se alegrarán, pero ustedes serán avergonzados. Mis siervos cantarán con alegría de corazón, pero ustedes clamarán con corazón angustiado; gemirán con espíritu quebrantado. Mis escogidos heredarán el nombre de ustedes como una maldición. El SEÑOR y Dios les dará muerte, pero a sus siervos dará un nombre diferente. Cualquiera que en el país invoque una bendición, lo hará por el Dios de la verdad; y cualquiera que jure en esta tierra, lo hará por el Dios de la verdad. Las angustias del pasado quedarán en el olvido, ocultas ante mis ojos. »Presten atención, que estoy por crear un cielo nuevo y una tierra nueva. No volverán a mencionarse las cosas pasadas ni se traerán a la memoria. Alégrense más bien y regocíjense por siempre, por lo que estoy a punto de crear: Estoy por crear una Jerusalén feliz, un pueblo lleno de alegría. Me regocijaré por Jerusalén y me alegraré en mi pueblo; no volverán a oírse en ella voces de llanto ni gritos de clamor. »Nunca más habrá en ella niños que vivan pocos días ni ancianos que no completen sus años. El que muera a los cien años será considerado joven; pero el que no llegue a esa edad será considerado maldito. Construirán casas y las habitarán; plantarán viñas y comerán de su fruto. Ya no construirán casas para que otros las habiten ni plantarán viñas para que otros coman. Porque los días de mi pueblo serán como los de un árbol; mis escogidos disfrutarán de las obras de sus manos. No trabajarán en vano ni tendrán hijos para la desgracia; tanto ellos como su descendencia serán simiente bendecida del SEÑOR. Antes que me llamen, yo les responderé; todavía estarán hablando cuando ya los habré escuchado. El lobo y el cordero pacerán juntos; el león comerá paja como el buey y la serpiente se alimentará de polvo. En todo mi monte santo no habrá quien haga daño ni destruya», dice el SEÑOR.
Isaías 65:3-25 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
Es un pueblo que en mi propia cara constantemente me provoca; que ofrece sacrificios en los jardines y quema incienso sobre ladrillos; que se sienta entre los sepulcros y pasa la noche en vigilias secretas; que come carne de cerdo, y en sus ollas cocina caldo impuro; que dice: “¡Manténganse alejados! ¡No se me acerquen! ¡Soy demasiado sagrado para ustedes!”. Todo esto me fastidia como humo en la nariz; ¡es un fuego que arde todo el día! »Ante mí ha quedado escrito; no guardaré silencio. Les daré su merecido; lo sufrirán en carne propia, tanto por las iniquidades de ustedes como por las de sus antepasados», dice el SEÑOR. «Por cuanto ellos quemaron incienso en las montañas y me desafiaron en las colinas, les haré sufrir en carne propia las consecuencias de sus acciones pasadas». Así dice el SEÑOR: «Cuando alguien encuentra un buen racimo de uvas, dice: “No lo dañen, porque en él hay bendición”. Del mismo modo actuaré yo por amor a mis siervos: No los destruiré a todos. De Jacob sacaré descendientes, y de Judá, a los que poseerán mis montañas. Las heredarán mis elegidos y allí morarán mis siervos. Para mi pueblo que me busca, Sarón será corral de ovejas; el valle de Acor, corral de vacas. »Pero a ustedes que abandonan al SEÑOR y se olvidan de mi monte santo, que para el dios de la fortuna preparan una mesa y para el dios del destino sirven vino mezclado, los destinaré a la espada; todos ustedes se inclinarán para el degüello. Porque llamé y no me respondieron, hablé y no me escucharon. Más bien, hicieron lo malo ante mis ojos y optaron por lo que no me agrada». Por eso, así dice el SEÑOR y Dios: «Mis siervos comerán, pero ustedes pasarán hambre; mis siervos beberán, pero ustedes sufrirán de sed; mis siervos se alegrarán, pero ustedes serán avergonzados. Mis siervos cantarán con alegría de corazón, pero ustedes clamarán con corazón angustiado; gemirán con espíritu quebrantado. Mis escogidos heredarán el nombre de ustedes como una maldición. El SEÑOR y Dios les dará muerte, pero a sus siervos dará un nombre diferente. Cualquiera que en el país invoque una bendición, lo hará por el Dios de la verdad; y cualquiera que jure en esta tierra, lo hará por el Dios de la verdad. Las angustias del pasado quedarán en el olvido, ocultas ante mis ojos. »Presten atención, que estoy por crear un cielo nuevo y una tierra nueva. No volverán a mencionarse las cosas pasadas ni se traerán a la memoria. Alégrense más bien y regocíjense por siempre, por lo que estoy a punto de crear: Estoy por crear una Jerusalén feliz, un pueblo lleno de alegría. Me regocijaré por Jerusalén y me alegraré en mi pueblo; no volverán a oírse en ella voces de llanto ni gritos de clamor. »Nunca más habrá en ella niños que vivan pocos días ni ancianos que no completen sus años. El que muera a los cien años será considerado joven; pero el que no llegue a esa edad será considerado maldito. Construirán casas y las habitarán; plantarán viñas y comerán de su fruto. Ya no construirán casas para que otros las habiten ni plantarán viñas para que otros coman. Porque los días de mi pueblo serán como los de un árbol; mis escogidos disfrutarán de las obras de sus manos. No trabajarán en vano ni tendrán hijos para la desgracia; tanto ellos como su descendencia serán simiente bendecida del SEÑOR. Antes que me llamen, yo les responderé; todavía estarán hablando cuando ya los habré escuchado. El lobo y el cordero pacerán juntos; el león comerá paja como el buey y la serpiente se alimentará de polvo. En todo mi monte santo no habrá quien haga daño ni destruya», dice el SEÑOR.
Isaías 65:3-25 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
Ese pueblo siempre me ofende: ofrece sacrificios a los ídolos y quema incienso sobre unos ladrillos. »Este pueblo se sienta en los sepulcros y pasa la noche en las cuevas para rendirles culto a sus muertos; hasta come carne de cerdo y llena sus ollas con el caldo que ha ofrecido a los ídolos. »Este pueblo anda diciendo: “No se metan con nosotros; somos un pueblo elegido por Dios”. »Pero son un pueblo tan molesto como el humo en las narices, como un fuego que arde todo el día. Por eso llevo la cuenta de todo lo que hace, y no me quedaré callado, sino que le daré su merecido. »Castigaré a este pueblo por todos los crímenes que ha cometido. Me ofendió grandemente al quemar incienso a los ídolos sobre los montes y las colinas. Por eso, ajustaremos cuentas, y le daré su merecido. Les juro que así será». Dios también dijo: «Cuando las uvas están jugosas, la gente no las desecha, porque puede sacar mucho vino. Por eso yo, por amor a mis servidores, no destruiré a toda la nación. Haré que Israel y Judá tengan muchos descendientes, y que habiten esta tierra llena de colinas y montañas. Mis elegidos poseerán la tierra, mis servidores habitarán allí. En la llanura de Sarón habrá muchas ovejas, y en el valle de Acor pastará el ganado que tendrá mi pueblo fiel. »Pero a ustedes, que se apartan de mí, que se olvidan de mi templo, y ofrecen comida y vino a los dioses de la buena fortuna y del destino, no les espera nada bueno. Porque yo los llamé y ustedes no me respondieron, les hablé y no me obedecieron; hicieron lo que no me gusta, y eligieron lo que no me agrada». Dios también dijo: «Mis fieles seguidores tendrán comida, pero ustedes, los que se apartan de mí, sentirán hambre; mis seguidores tendrán agua, pero ustedes tendrán sed. »Mis seguidores se alegrarán, pero ustedes quedarán avergonzados. Ellos cantarán con el corazón alegre, mientras que ustedes gritarán y llorarán con el corazón hecho pedazos. »A mis seguidores les daré un nombre hermoso; en cambio, el nombre de ustedes se usará para maldecir a otros. »Yo soy un Dios fiel, y prometo que mis fieles seguidores dejarán de sufrir. Todo el que pida una bendición en el país, la pedirá en mi nombre, porque yo cumplo lo que prometo; y todo el que haga un juramento jurará en mi nombre, porque yo cumplo mis juramentos». Dios dijo: «Llénense de alegría, porque voy a crear algo nuevo. Voy a crear un cielo nuevo y una tierra nueva. Todo lo del pasado será olvidado, y nadie lo recordará más. »Voy a crear una nueva Jerusalén; será una ciudad feliz y en ella vivirá un pueblo alegre. Yo mismo me alegraré con Jerusalén y haré fiesta con mi pueblo. En Jerusalén no habrá más llanto ni se oirán gritos de angustia. »No habrá niños que mueran al nacer, ni ancianos que mueran antes de tiempo. Morir a los cien años será morir joven; no llegar a esa edad será una maldición. »Mi pueblo construirá casas, y vivirá en ellas; sembrará viñedos y campos de trigo, y comerá pan y beberá vino. Mi pueblo tendrá una larga vida, y podrá disfrutar del trabajo de sus manos. »Mi pueblo no trabajará en vano, ni sus hijos morirán antes de tiempo. Porque yo los bendeciré a ellos, a sus hijos y a sus nietos. Antes de que me llamen, yo les responderé; antes de que terminen de hablar, ya los habré escuchado. »El lobo y el cordero comerán juntos, el león comerá pasto como el buey, y la serpiente solo comerá tierra. No habrá en toda Jerusalén nadie que haga daño a los demás. Les juro que así será».
Isaías 65:3-25 Reina Valera Contemporánea (RVC)
un pueblo que descaradamente me provoca a ira todo el tiempo, que ofrece sacrificios en los huertos y quema incienso sobre ladrillos; un pueblo que se sienta entre los sepulcros y pasa la noche en lugares escondidos; que come carne de cerdo, y que en sus ollas tiene caldo de cosas inmundas; un pueblo que dice: «Quédate donde estás y no te acerques a mí, porque yo soy más santo que tú». Todo esto es para mí como humo en la nariz; ¡es un fuego que arde todo el día! Pero esto lo tengo escrito delante de mí, y no voy a quedarme callado, sino que voy a darles su merecido; voy a herirlos en el pecho por causa de sus iniquidades y por las iniquidades de sus padres, pues ellos quemaron incienso sobre los montes y me ofendieron sobre las colinas. Por lo tanto, yo el Señor les digo que los heriré en el pecho, en pago de sus acciones pasadas. Así ha dicho el Señor: «Así como alguien que halla un racimo con uvas jugosas, dice: “Esto es una bendición. No hay que dañarlo”, así voy a actuar en favor de mis siervos: No los destruiré a todos. Haré que de Jacob salgan descendientes, y que Judá sea el heredero de mis montes. Mis elegidos tomarán posesión de la tierra, y mis siervos la habitarán. Para el pueblo que me buscó, Sarón será el lugar donde descansarán sus ovejas, y el valle de Acor será un lugar de pastos para sus vacas. Pero a ustedes, los que me abandonaron, los que se olvidaron de mi santo monte y tienden mesas para la Fortuna y ofrecen libaciones para el Destino, yo, el Señor, los destinaré a morir por la espada. Todos ustedes se arrodillarán para ser degollados, porque los llamé y ustedes no me respondieron; les hablé, y ustedes no me hicieron caso. Al contrario, hicieron lo malo ante mis propios ojos, y decidieron hacer lo que me disgusta.» Por eso, Dios el Señor ha dicho: «A mis siervos los verán comer, pero ustedes sufrirán de hambre. A mis siervos los verán beber, pero ustedes sufrirán de sed. A mis siervos los verán alegrarse, pero ustedes serán avergonzados. A mis siervos los verán cantar con corazón alegre, pero ustedes clamarán con dolido corazón y chillarán con espíritu quebrantado. Ustedes dejarán su nombre para que mis elegidos lo usen como maldición. Yo soy Dios, el Señor, y voy a quitarte la vida, y a mis siervos les daré otro nombre. En este país, el que quiera pronunciar una bendición, lo hará en nombre del Dios de la verdad; y el que quiera hacer un juramento, lo hará en nombre del Dios de la verdad. Ciertamente las angustias de antaño quedarán en el olvido y fuera de mi vista. »¡Fíjense bien! ¡Ya estoy creando nuevos cielos y nueva tierra! De los primeros, nadie volverá a acordarse, ni los traerá más a la memoria. Al contrario, ustedes se alegrarán y regocijarán siempre en lo que voy a crear. Estoy por crear una Jerusalén alegre y un pueblo gozoso. Yo me alegraré con Jerusalén; me gozaré con mi pueblo, y nunca más volverán a oírse en ella voces de llanto ni de clamor. No habrá en ella niños que mueran a los pocos días, ni ancianos que no cumplan sus años de vida; los niños morirán a los cien años de vida, y los pecadores que lleguen a vivir cien años serán malditos. Edificarán casas, y las habitarán; plantarán viñas, y comerán las uvas. No volverán a edificar casas para que otro las habite, ni plantarán nada para que otros se coman los frutos. La vida de mi pueblo será semejante a la vida de los árboles; mis elegidos disfrutarán del trabajo de sus manos. No trabajarán en vano, ni darán a luz hijos que estén bajo maldición, porque ellos y sus descendientes son un linaje bendecido por el Señor. Antes de que me pidan ayuda, yo les responderé; no habrán terminado de hablar cuando ya los habré escuchado. El lobo y el cordero descansarán juntos, el león comerá paja como el buey, y la serpiente se alimentará con el polvo de la tierra. En todo mi santo monte no habrá aflicción ni nadie hará daño a nadie. Yo, el Señor, lo he dicho.»
Isaías 65:3-25 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
un pueblo que en mi propia cara me ofendía continuamente; que ofrecía sacrificios a los dioses en los jardines y quemaba incienso en altares de ladrillo; que se sentaba entre los sepulcros y pasaba las noches en sitios escondidos; que comía carne de cerdo y llenaba sus ollas de caldos impuros. Dicen: “Quédate ahí, no me toques; soy demasiado sagrado para que me toques.” Esa gente es como fuego que arde todo el día; me molestan como el humo en las narices. Pero todo esto está escrito delante de mí, y no voy a quedarme cruzado de brazos; voy a darles su merecido, tanto por los crímenes de ellos como por los de sus padres. Ellos quemaban incienso sobre los montes y me ofendían en las colinas. Haré primero la cuenta y les daré su merecido.» El Señor lo ha dicho. El Señor dice: «Cuando las uvas tienen mucho jugo la gente no las echa a perder, porque pueden sacar mucho vino. Así haré yo también por amor a mis siervos: no destruiré a toda la nación. Haré que Jacob tenga descendientes y que haya gente en Judá que viva en mis montañas. Mis elegidos poseerán la tierra, mis servidores vivirán allí. El valle de Sarón se llenará de rebaños y en el valle de Acor pastará el ganado que tendrá el pueblo que me busca. Pero a ustedes que se apartan del Señor y se olvidan de mi monte santo, que ofrecen comida y vino a Gad y Mení, dioses de la fortuna, mala fortuna les espera: los haré morir a filo de espada. Porque yo los llamé y ustedes no respondieron; les hablé y no me escucharon; hicieron lo que yo no apruebo, escogieron lo que a mí me disgusta.» Por eso, el Señor dice: «Mis servidores tendrán de comer, pero ustedes sufrirán hambre; ellos tendrán de beber, pero ustedes sufrirán sed; ellos se alegrarán, pero ustedes quedarán en ridículo; ellos cantarán de alegría por el gozo de su corazón, pero ustedes gritarán y llorarán por la tristeza y la aflicción. Mis elegidos usarán el nombre de ustedes para maldecir y desear la muerte a otros, pero a mis siervos les cambiaré de nombre. Cualquiera que en el país pida una bendición, la pedirá al Dios fiel; y cualquiera que en el país haga un juramento, jurará por el Dios fiel. Las aflicciones anteriores han quedado olvidadas, han desaparecido de mi vista. »Miren, yo voy a crear un cielo nuevo y una tierra nueva. Lo pasado quedará olvidado, nadie se volverá a acordar de ello. Llénense de gozo y alegría para siempre por lo que voy a crear, porque voy a crear una Jerusalén feliz y un pueblo contento que viva en ella. Yo mismo me alegraré por Jerusalén y sentiré gozo por mi pueblo. En ella no se volverá a oír llanto ni gritos de angustia. Allí no habrá niños que mueran a los pocos días, ni ancianos que no completen su vida. Morir a los cien años será morir joven, y no llegar a los cien años será una maldición. La gente construirá casas y vivirá en ellas, sembrará viñedos y comerá sus uvas. No sucederá que uno construya y otro viva allí, o que uno siembre y otro se aproveche. Mi pueblo tendrá una vida larga, como la de un árbol; mis elegidos disfrutarán del trabajo de sus manos. No trabajarán en vano ni tendrán hijos que mueran antes de tiempo, porque ellos son descendientes de los que el Señor ha bendecido, y lo mismo serán sus descendientes. Antes que ellos me llamen, yo les responderé; antes que terminen de hablar, yo los escucharé. El lobo y el cordero comerán juntos, el león comerá pasto, como el buey, y la serpiente se alimentará de tierra. En todo mi monte santo no habrá quien haga ningún daño.» El Señor lo ha dicho.
Isaías 65:3-25 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
pueblo que en mi rostro me provoca de continuo a ira, sacrificando en huertos, y quemando incienso sobre ladrillos; que se quedan en los sepulcros, y en lugares escondidos pasan la noche; que comen carne de cerdo, y en sus ollas hay caldo de cosas inmundas; que dicen: Estate en tu lugar, no te acerques a mí, porque soy más santo que tú; estos son humo en mi furor, fuego que arde todo el día. He aquí que escrito está delante de mí; no callaré, sino que recompensaré, y daré el pago en su seno por vuestras iniquidades, dice Jehová, y por las iniquidades de vuestros padres juntamente, los cuales quemaron incienso sobre los montes, y sobre los collados me afrentaron; por tanto, yo les mediré su obra antigua en su seno. Así ha dicho Jehová: Como si alguno hallase mosto en un racimo, y dijese: No lo desperdicies, porque bendición hay en él; así haré yo por mis siervos, que no lo destruiré todo. Sacaré descendencia de Jacob, y de Judá heredero de mis montes; y mis escogidos poseerán por heredad la tierra, y mis siervos habitarán allí. Y será Sarón para habitación de ovejas, y el valle de Acor para majada de vacas, para mi pueblo que me buscó. Pero vosotros los que dejáis a Jehová, que olvidáis mi santo monte, que ponéis mesa para la Fortuna, y suministráis libaciones para el Destino; yo también os destinaré a la espada, y todos vosotros os arrodillaréis al degolladero, por cuanto llamé, y no respondisteis; hablé, y no oísteis, sino que hicisteis lo malo delante de mis ojos, y escogisteis lo que me desagrada. Por tanto, así dijo Jehová el Señor: He aquí que mis siervos comerán, y vosotros tendréis hambre; he aquí que mis siervos beberán, y vosotros tendréis sed; he aquí que mis siervos se alegrarán, y vosotros seréis avergonzados; he aquí que mis siervos cantarán por júbilo del corazón, y vosotros clamaréis por el dolor del corazón, y por el quebrantamiento de espíritu aullaréis. Y dejaréis vuestro nombre por maldición a mis escogidos, y Jehová el Señor te matará, y a sus siervos llamará por otro nombre. El que se bendijere en la tierra, en el Dios de verdad se bendecirá; y el que jurare en la tierra, por el Dios de verdad jurará; porque las angustias primeras serán olvidadas, y serán cubiertas de mis ojos. Porque he aquí que yo crearé nuevos cielos y nueva tierra; y de lo primero no habrá memoria, ni más vendrá al pensamiento. Mas os gozaréis y os alegraréis para siempre en las cosas que yo he creado; porque he aquí que yo traigo a Jerusalén alegría, y a su pueblo gozo. Y me alegraré con Jerusalén, y me gozaré con mi pueblo; y nunca más se oirán en ella voz de lloro, ni voz de clamor. No habrá más allí niño que muera de pocos días, ni viejo que sus días no cumpla; porque el niño morirá de cien años, y el pecador de cien años será maldito. Edificarán casas, y morarán en ellas; plantarán viñas, y comerán el fruto de ellas. No edificarán para que otro habite, ni plantarán para que otro coma; porque según los días de los árboles serán los días de mi pueblo, y mis escogidos disfrutarán la obra de sus manos. No trabajarán en vano, ni darán a luz para maldición; porque son linaje de los benditos de Jehová, y sus descendientes con ellos. Y antes que clamen, responderé yo; mientras aún hablan, yo habré oído. El lobo y el cordero serán apacentados juntos, y el león comerá paja como el buey; y el polvo será el alimento de la serpiente. No afligirán, ni harán mal en todo mi santo monte, dijo Jehová.
Isaías 65:3-25 La Biblia de las Américas (LBLA)
un pueblo que de continuo me provoca en mi propio rostro, sacrificando en huertos y quemando incienso sobre ladrillos; que se sientan entre sepulcros y pasan la noche en lugares secretos; que comen carne de cerdo, y en sus ollas hay caldo de carnes inmundas; que dicen: «Quédate donde estás, no te acerques a mí, porque soy más santo que tú». Estos son humo en mi nariz, fuego que arde todo el día. He aquí, escrito está delante de mí: no guardaré silencio, sino que les daré su pago, y les recompensaré en su seno, por vuestras iniquidades y por las iniquidades de vuestros padres juntamente —dice el SEÑOR. Porque quemaron incienso en los montes, y en las colinas me injuriaron; por tanto mediré en su seno su obra pasada. ¶Así dice el SEÑOR: Como cuando se encuentra mosto en el racimo y alguien dice: «No lo destruyas, porque en él hay bendición», así haré yo por mis siervos para no destruirlos a todos. Sacaré de Jacob descendencia y de Judá heredero de mis montes; mis escogidos la heredarán, y mis siervos morarán allí. Sarón será pastizal para ovejas, y el valle de Acor para lugar de descanso de vacas, para mi pueblo que me busca. Pero vosotros que abandonáis al SEÑOR, que olvidáis mi santo monte, que ponéis mesa para la Fortuna, y que preparáis vino mezclado para el Destino, yo os destinaré a la espada, y todos vosotros os encorvaréis para la matanza. Porque llamé, mas no respondisteis, hablé, mas no oísteis; hicisteis lo malo ante mis ojos y escogisteis aquello que no me complacía. ¶Por tanto, así dice el Señor DIOS: He aquí, mis siervos comerán, mas vosotros tendréis hambre; he aquí, mis siervos beberán, mas vosotros tendréis sed; he aquí, mis siervos se alegrarán, mas vosotros seréis avergonzados; he aquí, mis siervos darán gritos de júbilo con corazón alegre, mas vosotros clamaréis con corazón triste, y con espíritu quebrantado gemiréis. Y dejaréis vuestro nombre como maldición a mis escogidos; el Señor DIOS te matará, pero mis siervos serán llamados por otro nombre. Porque el que es bendecido en la tierra, será bendecido por el Dios de la verdad; y el que jura en la tierra, jurará por el Dios de la verdad; porque han sido olvidadas las angustias primeras, y porque están ocultas a mis ojos. ¶Pues he aquí, yo creo cielos nuevos y una tierra nueva, y no serán recordadas las cosas primeras ni vendrán a la memoria. Pero gozaos y regocijaos para siempre en lo que yo voy a crear; porque he aquí, voy a crear a Jerusalén para regocijo, y a su pueblo para júbilo. Me regocijaré por Jerusalén y me gozaré por mi pueblo; no se oirá más en ella voz de lloro ni voz de clamor. No habrá más allí niño que viva pocos días, ni anciano que no complete sus días; porque el joven morirá a los cien años, y el que no alcance los cien años será considerado maldito. Construirán casas y las habitarán, plantarán también viñas y comerán su fruto. No edificarán para que otro habite, ni plantarán para que otro coma; porque como los días de un árbol, así serán los días de mi pueblo, y mis escogidos disfrutarán de la obra de sus manos. No trabajarán en vano, ni darán a luz para desgracia, porque son la simiente de los benditos del SEÑOR, ellos, y sus vástagos con ellos. Y sucederá que antes que ellos clamen, yo responderé; aún estarán hablando, y yo habré oído. El lobo y el cordero pacerán juntos, y el león, como el buey, comerá paja, y para la serpiente el polvo será su alimento. No harán mal ni dañarán en todo mi santo monte —dice el SEÑOR.
Isaías 65:3-25 Nueva Traducción Viviente (NTV)
Todo el día me insultan en mi propia cara al rendir culto a ídolos en sus huertos sagrados y al quemar incienso en altares paganos. De noche andan entre las tumbas para rendir culto a los muertos. Comen carne de cerdo y hacen guisos con otros alimentos prohibidos. Sin embargo, se dicen unos a otros: “¡No te acerques demasiado, porque me contaminarás! ¡Yo soy más santo que tú!”. Ese pueblo es un hedor para mi nariz, un olor irritante que nunca desaparece. »Miren, tengo escrito mi decreto delante de mí: no me quedaré callado; les daré el pago que se merecen. Sí, les daré su merecido, tanto por sus propios pecados como por los de sus antepasados —dice el SEÑOR—. También quemaron incienso en los montes y me insultaron en las colinas. ¡Les daré su merecido! »Pero no los destruiré a todos —dice el SEÑOR—. Tal como se encuentran uvas buenas en un racimo de uvas malas (y alguien dice: “¡No las tires todas; algunas de ellas están buenas!”), así mismo, no destruiré a todo Israel. Pues aún tengo verdaderos siervos allí. Conservaré un remanente del pueblo de Israel y de Judá, para que posea mi tierra. Aquellos a quienes yo escoja la heredarán y mis siervos vivirán allí. La llanura de Sarón se llenará nuevamente de rebaños para mi pueblo que me busca, y el valle de Acor será lugar de pastoreo para las manadas. »Pero como el resto de ustedes abandonó al SEÑOR y se olvidó de su templo, y como preparó fiestas para honrar al dios de la Fortuna y le ofreció vino mezclado al dios del Destino, ahora yo los “destinaré” a ustedes a la espada. Todos ustedes se inclinarán delante del verdugo. Pues cuando los llamé, ustedes no me respondieron; cuando hablé, no me escucharon. Pecaron deliberadamente —ante mis propios ojos— y escogieron hacer lo que saben que yo desprecio». Por lo tanto, esto dice el SEÑOR Soberano: «Mis siervos comerán, pero ustedes pasarán hambre. Mis siervos beberán, pero ustedes tendrán sed. Mis siervos se alegrarán, pero ustedes estarán tristes y avergonzados. Mis siervos cantarán de alegría, pero ustedes llorarán de angustia y desesperación. El nombre de ustedes será una maldición entre mi pueblo, porque el SEÑOR Soberano los destruirá y llamará a sus verdaderos siervos por otro nombre. Todos los que invoquen una bendición o hagan un juramento lo harán por el Dios de la verdad. Dejaré a un lado mi enojo y olvidaré la maldad de los tiempos pasados. »¡Miren! Estoy creando cielos nuevos y una tierra nueva, y nadie volverá siquiera a pensar en los anteriores. Alégrense; regocíjense para siempre en mi creación. ¡Y miren! Yo crearé una Jerusalén que será un lugar de felicidad, y su pueblo será fuente de alegría. Me gozaré por Jerusalén y me deleitaré en mi pueblo. Y el sonido de los llantos y los lamentos jamás se oirá en ella. »Los bebés ya no morirán a los pocos días de haber nacido, ni los adultos morirán antes de haber tenido una vida plena. Nunca más se considerará anciano a alguien que tenga cien años; solamente los malditos morirán tan jóvenes. En esos días, la gente habitará en las casas que construya y comerá del fruto de sus propios viñedos. A diferencia del pasado, los invasores no les quitarán sus casas ni les confiscarán sus viñedos. Pues mi pueblo vivirá tantos años como los árboles, y mis escogidos tendrán tiempo para disfrutar de lo adquirido con su arduo trabajo. No trabajarán en vano, y sus hijos no estarán condenados a la desgracia, porque son un pueblo bendecido por el SEÑOR, y sus hijos también serán bendecidos. Les responderé antes que me llamen. Cuando aún estén hablando de lo que necesiten, ¡me adelantaré y responderé a sus oraciones! El lobo y el cordero comerán juntos. El león comerá heno, como el buey; pero las serpientes comerán polvo. En esos días, nadie será herido ni destruido en mi monte santo. ¡Yo, el SEÑOR, he hablado!».