Oíd esto, pueblos todos; Escuchad, habitantes todos del mundo, Así los plebeyos como los nobles, El rico y el pobre juntamente. Mi boca hablará sabiduría, Y el pensamiento de mi corazón inteligencia. Inclinaré al proverbio mi oído; Declararé con el arpa mi enigma. ¿Por qué he de temer en los días de adversidad, Cuando la iniquidad de mis opresores me rodeare? Los que confían en sus bienes, Y de la muchedumbre de sus riquezas se jactan, Ninguno de ellos podrá en manera alguna redimir al hermano, Ni dar a Dios su rescate (Porque la redención de su vida es de gran precio, Y no se logrará jamás), Para que viva en adelante para siempre, Y nunca vea corrupción. Pues verá que aun los sabios mueren; Que perecen del mismo modo que el insensato y el necio, Y dejan a otros sus riquezas. Su íntimo pensamiento es que sus casas serán eternas, Y sus habitaciones para generación y generación; Dan sus nombres a sus tierras. Mas el hombre no permanecerá en honra; Es semejante a las bestias que perecen. Este su camino es locura; Con todo, sus descendientes se complacen en el dicho de ellos. Selah
Leer Salmos 49
Escuchar Salmos 49
Compartir
Comparar todas las versiones: Salmos 49:1-13
¡Guarda versículos, lee sin conexión, mira videos didácticos y más!
Inicio
Biblia
Planes
Videos