Mi espalda está llena de dolores punzantes; no hay nada sano en mi cuerpo. Me siento débil, completamente deshecho; mi corazón gime angustiado. Ante ti, Señor, están todos mis deseos; no te son un secreto mis suspiros. Late mi corazón con violencia, las fuerzas me abandonan, hasta la luz de mis ojos se apaga.
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