Despreciaron una tierra apetecible; no creyeron en la promesa de Dios. Murmuraron en sus tiendas de campaña y no obedecieron al SEÑOR. Por tanto, él juró solemnemente con su mano en alto contra ellos para hacerlos caer en el desierto, para hacer caer a sus descendientes entre las naciones y dispersarlos entre los países. Se sometieron al yugo de Baal Peor y comieron sacrificios a los muertos. Provocaron la ira del SEÑOR con sus malvadas acciones y les sobrevino una plaga. Pero Finés se levantó e intervino, y la plaga se detuvo. Esto se le acreditó como un acto de justicia para siempre, por todas las generaciones. Junto a las aguas de Meribá hicieron enojar al SEÑOR. Y a Moisés le fue mal por culpa de ellos, porque se rebelaron contra el Espíritu de Dios y Moisés habló sin pensar lo que decía. No destruyeron a los pueblos que el SEÑOR les había señalado, sino que se mezclaron con los paganos y adoptaron sus costumbres. Rindieron culto a sus ídolos que fueron una trampa para ellos. Ofrecieron a sus hijos y a sus hijas como sacrificio a esos demonios. Derramaron sangre inocente, la sangre de sus hijos y sus hijas. Al ofrecerlos en sacrificio a los ídolos de Canaán, su sangre derramada contaminó la tierra. Se hicieron impuros por esos hechos; se prostituyeron con sus acciones.
Leer Salmo 106
Escuchar Salmo 106
Compartir
Comparar todas las versiones: Salmo 106:24-39
¡Guarda versículos, lee sin conexión, mira videos didácticos y más!
Inicio
Biblia
Planes
Videos