Ni la nieve es para el verano, ni la lluvia para la cosecha, ni los honores para el necio. Como el gorrión sin rumbo o la golondrina sin nido, la maldición sin motivo jamás llega a su destino. El látigo es para los caballos, el freno, para los asnos y la vara, para la espalda del necio. No respondas al necio con igual necedad o tú mismo pasarás por uno. Respóndele al necio como se merece, para que no se tenga por sabio. Enviar un mensaje por medio de un necio es como cortarse los pies o sufrir violencia. Inútil es el proverbio en la boca del necio como inútiles son las piernas de un tullido. Rendirle honores al necio es tan absurdo como atar una piedra a la honda. El proverbio en la boca del necio es como espina en la mano del borracho. Como arquero que hiere al azar es quien contrata a un necio o a cualquiera que pasa. Como el perro vuelve a su vómito, así el necio insiste en su necedad. ¿Te has fijado en quien se cree muy sabio? Más se puede esperar de un necio que de gente así. Dice el perezoso: «Hay un león en el camino. ¡Por las calles un león anda suelto!». Sobre sus goznes gira la puerta; sobre la cama, el perezoso. El perezoso mete la mano en el plato, pero le pesa llevarse el bocado a la boca. El perezoso se cree más sabio que siete sabios que saben responder. Meterse en pleitos ajenos es como agarrar por las orejas a un perro callejero. Como loco que dispara mortíferas flechas encendidas, es quien engaña a su amigo y explica: «¡Tan solo estaba bromeando!». Sin leña se apaga el fuego; sin chismes se acaba el pleito. Con el carbón se hacen brasas, con la leña se prende fuego y con un pendenciero se inician los pleitos. Los chismes son deliciosos manjares; penetran hasta lo más íntimo del ser. Como baño de plata sobre vasija de barro son los labios zalameros de un corazón malvado. El que odia se esconde tras sus palabras, pero en lo íntimo alberga engaño. No le creas, aunque te hable con dulzura, porque su corazón está lleno de siete abominaciones. Tal vez disimule con engaños su odio, pero en la asamblea se descubrirá su maldad. Cava una fosa y en ella caerás; echa a rodar piedras y te aplastarán. La lengua mentirosa odia a sus víctimas; la boca lisonjera lleva a la ruina.
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