El sumo sacerdote y todos sus partidarios, que pertenecían a la secta de los saduceos, se llenaron de envidia. Entonces arrestaron a los apóstoles y los metieron en la cárcel común. Pero en la noche un ángel del Señor abrió las puertas de la cárcel y los sacó. «Vayan —les dijo—, preséntense en el Templo y comuniquen al pueblo todo sobre esta nueva vida». Conforme a lo que habían oído, al amanecer entraron en el Templo y se pusieron a enseñar. Cuando llegaron el sumo sacerdote y sus partidarios, convocaron al Consejo, es decir, a la asamblea general de los líderes religiosos de Israel, y mandaron traer de la cárcel a los apóstoles. Pero al llegar los guardias a la cárcel, no los encontraron. Así que volvieron con el siguiente informe: «Encontramos la cárcel cerrada, con todas las medidas de seguridad, y a los guardias firmes a las puertas; pero cuando abrimos, no encontramos a nadie adentro». Al oírlo, el capitán de la guardia del Templo y los jefes de los sacerdotes se quedaron perplejos, preguntándose en qué terminaría todo aquello.
Leer Hechos 5
Escuchar Hechos 5
Compartir
Comparar todas las versiones: Hechos 5:17-24
¡Guarda versículos, lee sin conexión, mira videos didácticos y más!
Inicio
Biblia
Planes
Videos