Hechos 5:17-24
Hechos 5:17-24 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
El jefe de los sacerdotes y todos los saduceos que lo acompañaban sintieron mucha envidia de los apóstoles. Por eso mandaron que los arrestaran y los pusieran en la cárcel de la ciudad. Pero en la noche un ángel del Señor se les apareció, abrió las puertas de la cárcel, y los liberó. Luego les dijo: «Vayan al templo y compartan con la gente el mensaje de salvación.» Ya estaba por amanecer cuando los apóstoles llegaron frente al templo y empezaron a hablarle a la gente. Mientras tanto, el jefe de los sacerdotes y sus ayudantes reunieron a toda la Junta Suprema y a los líderes del pueblo. Después mandaron traer a los apóstoles, pero los guardias llegaron a la cárcel y no los encontraron. Así que regresaron y dijeron: «La cárcel estaba bien cerrada, y los soldados vigilaban las entradas, pero cuando abrimos la celda no encontramos a nadie.» Cuando el jefe de los guardias del templo y los sacerdotes principales oyeron eso, no sabían qué pensar, y ni siquiera podían imaginarse lo que había sucedido.
Hechos 5:17-24 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
Entonces levantándose el sumo sacerdote y todos los que estaban con él, esto es, la secta de los saduceos, se llenaron de celos; y echaron mano a los apóstoles y los pusieron en la cárcel pública. Mas un ángel del Señor, abriendo de noche las puertas de la cárcel y sacándolos, dijo: Id, y puestos en pie en el templo, anunciad al pueblo todas las palabras de esta vida. Habiendo oído esto, entraron de mañana en el templo, y enseñaban. Entre tanto, vinieron el sumo sacerdote y los que estaban con él, y convocaron al concilio y a todos los ancianos de los hijos de Israel, y enviaron a la cárcel para que fuesen traídos. Pero cuando llegaron los alguaciles, no los hallaron en la cárcel; entonces volvieron y dieron aviso, diciendo: Por cierto, la cárcel hemos hallado cerrada con toda seguridad, y los guardas afuera de pie ante las puertas; mas cuando abrimos, a nadie hallamos dentro. Cuando oyeron estas palabras el sumo sacerdote y el jefe de la guardia del templo y los principales sacerdotes, dudaban en qué vendría a parar aquello.
Hechos 5:17-24 Nueva Versión Internacional - Español (NVI)
El sumo sacerdote y todos sus partidarios, que pertenecían a la secta de los saduceos, se llenaron de envidia. Entonces arrestaron a los apóstoles y los metieron en la cárcel común. Pero en la noche un ángel del Señor abrió las puertas de la cárcel y los sacó. «Vayan —les dijo—, preséntense en el Templo y comuniquen al pueblo todo sobre esta nueva vida». Conforme a lo que habían oído, al amanecer entraron en el Templo y se pusieron a enseñar. Cuando llegaron el sumo sacerdote y sus partidarios, convocaron al Consejo, es decir, a la asamblea general de los líderes religiosos de Israel, y mandaron traer de la cárcel a los apóstoles. Pero al llegar los guardias a la cárcel, no los encontraron. Así que volvieron con el siguiente informe: «Encontramos la cárcel cerrada, con todas las medidas de seguridad, y a los guardias firmes a las puertas; pero cuando abrimos, no encontramos a nadie adentro». Al oírlo, el capitán de la guardia del Templo y los jefes de los sacerdotes se quedaron perplejos, preguntándose en qué terminaría todo aquello.
Hechos 5:17-24 Traducción en Lenguaje Actual (TLA)
El jefe de los sacerdotes y todos los saduceos que lo acompañaban sintieron mucha envidia de los apóstoles. Por eso mandaron que los arrestaran y los pusieran en la cárcel de la ciudad. Pero en la noche un ángel del Señor se les apareció, abrió las puertas de la cárcel, y los liberó. Luego les dijo: «Vayan al templo y compartan con la gente el mensaje de salvación.» Ya estaba por amanecer cuando los apóstoles llegaron frente al templo y empezaron a hablarle a la gente. Mientras tanto, el jefe de los sacerdotes y sus ayudantes reunieron a toda la Junta Suprema y a los líderes del pueblo. Después mandaron traer a los apóstoles, pero los guardias llegaron a la cárcel y no los encontraron. Así que regresaron y dijeron: «La cárcel estaba bien cerrada, y los soldados vigilaban las entradas, pero cuando abrimos la celda no encontramos a nadie.» Cuando el jefe de los guardias del templo y los sacerdotes principales oyeron eso, no sabían qué pensar, y ni siquiera podían imaginarse lo que había sucedido.
Hechos 5:17-24 Reina Valera Contemporánea (RVC)
El sumo sacerdote y todos los que estaban de su parte, es decir, los de la secta de los saduceos, reaccionaron llenos de celos y aprehendieron a los apóstoles y los echaron a la cárcel del pueblo. Pero en la noche un ángel del Señor llegó y abrió las puertas de la cárcel. Cuando ellos salieron, el ángel les dijo: «Vayan al templo y anuncien al pueblo todas las enseñanzas acerca de esta vida.» Luego de oír esto, entraron en el templo por la mañana y se pusieron a enseñar. Mientras tanto, el sumo sacerdote y los que estaban de su parte se reunieron para convocar al concilio y a todos los ancianos del pueblo de Israel, y al mismo tiempo mandaron traer de la cárcel a los apóstoles; pero como al llegar los alguaciles no los encontraron, regresaron y dijeron: «Cuando llegamos a la cárcel, esta tenía todos los candados puestos y los guardias estaban afuera, frente a las puertas; pero al abrir la cárcel, vimos que allí adentro no había nadie.» Al oír esto, el sumo sacerdote, el jefe de la guardia del templo y los principales sacerdotes no lograban entender en qué acabaría todo esto.
Hechos 5:17-24 Biblia Dios Habla Hoy (DHH94I)
El sumo sacerdote y los del partido de los saduceos que estaban con él, se llenaron de envidia, y arrestaron a los apóstoles y los metieron en la cárcel pública. Pero un ángel del Señor abrió de noche las puertas de la cárcel y los sacó, diciéndoles: «Vayan y, de pie en el templo, cuenten al pueblo todo este mensaje de vida.» Conforme a esto que habían oído, al día siguiente entraron temprano en el templo y comenzaron a enseñar. Entonces, el sumo sacerdote y los que estaban con él llamaron a todos los ancianos israelitas a una reunión de la Junta Suprema, y mandaron traer de la cárcel a los apóstoles. Pero cuando los guardias llegaron a la cárcel, no los encontraron. Así que volvieron con la noticia, diciendo: —Encontramos la cárcel perfectamente cerrada, y a los soldados vigilando delante de las puertas; pero cuando abrimos, no encontramos a nadie dentro. Al oírlo, el jefe de la guardia del templo y los principales sacerdotes se preguntaban en qué iría a parar todo aquello.
Hechos 5:17-24 Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960)
Entonces levantándose el sumo sacerdote y todos los que estaban con él, esto es, la secta de los saduceos, se llenaron de celos; y echaron mano a los apóstoles y los pusieron en la cárcel pública. Mas un ángel del Señor, abriendo de noche las puertas de la cárcel y sacándolos, dijo: Id, y puestos en pie en el templo, anunciad al pueblo todas las palabras de esta vida. Habiendo oído esto, entraron de mañana en el templo, y enseñaban. Entre tanto, vinieron el sumo sacerdote y los que estaban con él, y convocaron al concilio y a todos los ancianos de los hijos de Israel, y enviaron a la cárcel para que fuesen traídos. Pero cuando llegaron los alguaciles, no los hallaron en la cárcel; entonces volvieron y dieron aviso, diciendo: Por cierto, la cárcel hemos hallado cerrada con toda seguridad, y los guardas afuera de pie ante las puertas; mas cuando abrimos, a nadie hallamos dentro. Cuando oyeron estas palabras el sumo sacerdote y el jefe de la guardia del templo y los principales sacerdotes, dudaban en qué vendría a parar aquello.
Hechos 5:17-24 La Biblia de las Américas (LBLA)
Pero levantándose el sumo sacerdote, y todos los que estaban con él (es decir, la secta de los saduceos), se llenaron de celo, y echaron mano a los apóstoles y los pusieron en una cárcel pública. Pero un ángel del Señor, durante la noche, abrió las puertas de la cárcel, y sacándolos, dijo: Id, y puestos de pie en el templo, hablad al pueblo todo el mensaje de esta Vida. Habiendo oído esto, entraron al amanecer en el templo y enseñaban. Cuando llegaron el sumo sacerdote y los que estaban con él, convocaron al concilio, es decir, a todo el senado de los hijos de Israel, y enviaron órdenes a la cárcel para que los trajeran. Pero los alguaciles que fueron no los encontraron en la cárcel; volvieron, pues, e informaron, diciendo: Encontramos la cárcel cerrada con toda seguridad y los guardias de pie a las puertas; pero cuando abrimos, a nadie hallamos dentro. Cuando oyeron estas palabras, el capitán de la guardia del templo y los principales sacerdotes se quedaron muy perplejos a causa de ellos, pensando en qué terminaría aquello.
Hechos 5:17-24 Nueva Traducción Viviente (NTV)
El sumo sacerdote y sus funcionarios, que eran saduceos, se llenaron de envidia. Arrestaron a los apóstoles y los metieron en la cárcel pública; pero un ángel del Señor llegó de noche, abrió las puertas de la cárcel y los sacó. Luego les dijo: «¡Vayan al templo y denle a la gente este mensaje de vida!». Así que, al amanecer, los apóstoles entraron en el templo como se les había dicho, y comenzaron a enseñar de inmediato. Cuando llegaron el sumo sacerdote y sus funcionarios, convocaron al Concilio Supremo, es decir, a toda la asamblea de los ancianos de Israel. Luego mandaron a sacar a los apóstoles de la cárcel para llevarlos a juicio; pero cuando los guardias del templo llegaron a la cárcel, los hombres ya no estaban. Entonces regresaron al Concilio y dieron el siguiente informe: «La cárcel estaba bien cerrada, los guardias estaban afuera en sus puestos, pero cuando abrimos las puertas, ¡no había nadie!». Cuando el capitán de la guardia del templo y los sacerdotes principales oyeron esto, quedaron perplejos y se preguntaban en qué iba a terminar todo el asunto.