La Buena Vida: Abundante En Todas Las Cosas BuenasMuestra

Nuestro Padre Amoroso Ofrece La Buena Vida

Cuando reconocemos que Jesucristo murió en nuestro lugar y lo reconocemos como nuestro Salvador y nuestro único acceso a Dios, esto es cuando Él viene y vive en nuestros corazones. Cuando su Espíritu se une a los nuestros, nos convertimos en los hijos de Dios (en posicion correcta, sin nada que falte, nada roto y, una vez más, vestido con su Espíritu). Su Espíritu unido a la nuestra nos da el privilegio de llamar a Dios Padre.

Es difícil permitir que Dios cuide de nosotros si no lo conocemos como Padre. El deseo de nuestro Padre es que realmente conozcamos y confiamos en Él. Él quiere que le permitamos guiar, proteger y proveer para que podamos disfrutar la vida al máximo.

Como hijos de Dios, se nos ha dado el privilegio de disfrutar de Su creación. Sin embargo, para disfrutar plenamente de Su creación, nuestro Padre nos ha dado instrucciones específicas para vivir. Estas instrucciones, encontradas en Su Palabra, nos protegen del daño y del peligro y de vivir una vida no cumplida.

Una vez que creamos y recibimos lo que Dios está diciendo y lo reconocemos como nuestro Padre, todas las cosas ordenadas por él serán disponibles. 2 Corintios 1: 2 nos dice que las promesas de Dios son "sí" y "amén". Esto significa, Sus promesas ya han sido decretadas (puestas en ley) y terminadas en el cielo. Nada puede hacer que Él cambie su mente hacia nosotros. Nuestro trabajo es simplemente entrar en acuerdo con la Palabra de Dios y decir amen ("así sea") para recibir esas promesas.